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El atún en lata es uno de esos ingredientes que no pueden faltar en la cocina. Además de ser el protagonista de bocadillos, acompaña a infinidad de recetas, por lo que, como señala Europa Press, es el producto pesquero más consumido en el mundo. Pero este alimento ha estado bajo el foco de las autoridades sanitarias por su contenido en mercurio.
Por eso, la nutricionista y cocinera Marta Verona, reconocida por su victoria en la sexta edición de Masterchef, ha compartido en redes sociales importantes recomendaciones sobre el consumo seguro de atún en lata. Según explica Verona, este tipo de pescado es una fuente accesible de proteínas, pero contiene mercurio, un metal pesado que puede acumularse en el organismo si se consume en exceso.
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Mónica Millán Valera
El mercurio, presente en mayor proporción en pescados azules de gran tamaño como el atún rojo, el pez espada o el cazón, se acumula especialmente en la grasa. Esto ocurre porque los peces grandes se alimentan de otros más pequeños, sumando el mercurio de sus presas. Sin embargo, el atún en lata suele elaborarse con especies de menor tamaño, como el atún claro o blanco, que contienen niveles de mercurio mucho más bajos.
¿Cuántas latas de atún en lata son seguras?
Verona señala que, según los estudios actuales, “un kilo de atún en lata contiene aproximadamente 0,28 miligramos de mercurio”. Esto equivale a unos 0,15 microgramos de mercurio por cada lata de 52 gramos, lo que representa una fracción mínima de la ingesta semanal tolerable, que se sitúa en 90 microgramos para una persona de 70 kilos.
Así, una persona con ese peso podría consumir de manera segura hasta cinco o seis latas de atún en lata a la semana. Verona sugiere que este cálculo permite disfrutar de las ventajas nutricionales del atún sin riesgo, siempre que se mantenga una ingesta moderada.
La Agencia Española de Seguridad de Alimentaria explica que el mercurio es un contaminante medioambiental que se encuentra en alimentos debido a su presencia natural en la corteza terrestre y a la actividad humana. En los pescados, el mercurio suele aparecer en forma de metilmercurio, una de las formas en que puede ser consumido indirectamente.
El mercurio llega a las aguas de mares y ríos al ser liberado en el medioambiente, y desde ahí se acumula en la cadena trófica, concentrándose especialmente en peces de gran tamaño y larga vida como el pez espada, el tiburón, el atún rojo o el lucio, mediante un proceso conocido como bioacumulación. Cuanto más arriba en la cadena alimentaria se encuentra el pez, mayor es su concentración de mercurio.
¿Cómo afecta el mercurio a la salud?
El mercurio puede tener efectos negativos en la salud, especialmente en el sistema nervioso central en desarrollo. Este contaminante puede atravesar la placenta y estar presente en la leche materna, lo que supone un riesgo para los fetos y niños pequeños. Por ello, las mujeres embarazadas, las que están planificando un embarazo, así como aquellas en periodo de lactancia, junto con los niños menores, constituyen la población más vulnerable frente a los efectos del mercurio.
La Aesan asegura que consumir pescado es seguro y beneficioso. La legislación alimentaria en Europa establece límites máximos de mercurio, que son de cumplimiento obligatorio y están supervisados por las autoridades sanitarias, garantizando así la seguridad en el consumo de estos productos.
