Covid persistente: una solución para recuperar el olfato que su médico no va a darle

Todavía estamos inmersos en una ola de Covid-19 sin precedentes debido a la elevadísima capacidad de contagio de la variante Ómicron.

Y, aunque en principio esta afectaría de forma más leve a la mayoría de la población, lo cierto es que sigue habiendo personas que arrastran síntomas de la infección más allá de la propia convalecencia (pueden ser semanas o incluso meses).

Esto es lo que se conoce como “Covid persistente”, común incluso entre quienes han sido asintomáticos durante la infección o solo han experimentado síntomas leves, tal y como ha demostrado un estudio estadounidense.

En él se probó que casi un tercio de las personas infectadas por SARS-CoV-2 padecen problemas respiratorios o digestivos (otros estudios apuntan a más secuelas, de más tipos) hasta 60 días después de la infección.

Pues bien, los científicos ya habrían dado con la tecla que explica esta anormal duración de los síntomas y, con ello, abren la puerta a una posible solución. Veamos de qué se trata.

El virus de la mononucleosis, detrás de la Covid persistente

Según diversos ensayos, la explicación a esta elevada incidencia de Covid persistente estaría en otro agente viral diferente: el Epstein-Barr (o EBV).

Este virus, presente en ni más ni menos que el 90% de los adultos, es el causante de la mononucleosis infecciosa (afección que, por transmitirse a través de la saliva, también recibe el nombre de “enfermedad del beso”).

Esta infección no suele conllevar mayores contratiempos. Sin embargo, una vez superada -y como sucede con muchos otros virus- el Epstein-Barr no nos abandona, sino que se queda latente de por vida en nuestro organismo (tanto en tejidos como en ciertas células, por ejemplo los leucocitos B).

Después, en momentos de estrés, de bajada pronunciada de las defensas o de condición inflamatoria puede volver a activarse en un proceso similar al de la primera infección.  

La Covid-19, factor gatillo

Hasta donde se sabe, el coronavirus responsable de la pandemia, una vez infecta el organismo, propicia un entorno de fragilidad inmunitaria del que se valen los virus latentes como el Epstein-Barr (y también el herpes) para atacar al organismo.

Y en concreto el también denominado EBV sería el responsable de:

  • Por un lado, agravar el cuadro de la Covid-19, favoreciendo el desarrollo de una forma aguda de la enfermedad debido a un aumento de ciertas sustancias como el dímero D, ciertas enzimas hepáticas, la transferrina y la proteína C reactiva.

Además, una investigación ha probado que los pacientes ingresados en UCI por Covid-19 también presentaban mayor carga viral del Epstein-Barr.

  • Por el otro lado, favorecer las formas persistentes de la enfermedad acompañadas de síntomas como fatiga, confusión mental, cefaleas, fiebre, falta de aire, erupciones cutáneas…

Algunos de estos síntomas posteriores permanecían sin explicación aparente, si bien resulta que son comunes a la propia manifestación del Epstein-Barr (como es el caso de las erupciones en la piel).

Las cifras de la Covid persistente y sus síntomas no mienten

Según diversos análisis, hasta un ¡73%! de los pacientes con Covid de larga duración han presentado anticuerpos específicos contra el EBV, lo que indica una reactivación de este virus en el organismo.

Y asimismo en una inspección más cuidada los investigadores han visto, además, que esa reactivación del EBV no se produjo después, si no durante la infección por coronavirus.

Es decir, que es consecuencia directa del ambiente inflamatorio que propicia la infección por SARS-CoV-2.

Así que permítame que a continuación le dé algunos consejos para que, si se infecta de coronavirus, pueda combatir una posible reactivación del virus Epstein-Barr (que ya ha visto que es más que probable que tenga en su organismo).

A fin de optimizar al máximo sus defensas, haría muy bien en mezclar:

– 5 ml de aceite esencial (AE) de ravintsara.

– 3 ml de AE de árbol de té.

– 2 ml de AE de eucalipto radiado.

Aplique 10 gotas de esta mezcla en la parte interna de los brazos 2 veces al día durante 10 días. Y también puede verter 4 gotas de la mezcla en un trocito de pan 2 veces al día justo antes de las principales comidas durante 3 semanas.

Si quiere saber un poco más acerca del poder antiséptico de los aceites esenciales, le recomiendo leer este otro texto.

¿Y si una de sus secuelas es que le falta el olfato?

Le propongo una técnica que bien podría denominarse “embalsamamiento en vivo”. Y es que se trata, ni más ni menos, que de cubrirse de aromas estimulantes para ejercitar el olfato permanentemente.

En este caso mezcle:

  • 7 ml de AE de ravintsara.
  • 2 ml de AE de menta piperita.
  • 2 ml de AE de eucalipto radiado.
  • 5 ml de aceite vegetal (AV) de nueces de macadamia.

Aplique de 15 a 20 gotas en cada lado interno de los brazos, 3 tomas diarias durante 7 días, y luego reduzca a 2 tomas durante 10 días adicionales.

Si lo prefiere, también puede probar a tomar 5 gotas de esta misma sinergia sobre un comprimido neutro (vale el cachito de pan que vio antes, pero también una cucharada de miel) y repita con 3 tomas diarias durante 10 días.

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