Problemas oculares por infecciones de transmisión sexual (ITS). ¿Qué enfermedades puedes causarlos?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS) al día. Muchas de ellas, pasan desapercibidas durante meses e incluso años, mientras que otras provocan infecciones y síntomas graves casi desde el principio. Sin embargo, hay un síntoma bastante desconocido de muchas ITS que no podemos pasar por algo, pues además es bastante frecuente entre estas infecciones. Se trata de las infecciones o problemas oculares, que en algunos casos es incluso el único signo que provocan.

El Profesor Francisco J. Muñoz Negrete, Director de la Revista Archivos de la SEO (Sociedad Española de Oftalmología), nos explica cómo se manifiestan algunas ITS a través de los ojos.

¿Qué ITS provocan problemas oculares y qué síntomas provocan?

Según afirma Francisco J. Muñoz Negrete, “la mayoría de las infecciones de transmisión sexual pueden producir afectación ocular”. Aunque el porcentaje de pacientes que las padecen una vez infectado depende de la ITS, “según el artículo de Godoy-Mancilla y Col publicado en Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología en el número de enero de 2022, en la sífilis, por ejemplo, un 8% tienen manifestaciones oculares, pero si se trata de un estadio avanzado (neurosífilis) más de la mitad tendrán inflamación ocular”.

En cuanto a los síntomas que pueden provocar, también son muy variados y dependen de la infección en cuestión, pero el signo más común suele ser la inflamación en alguna parte del ojo, “algunas como la gonococia pueden causar conjuntivitis, y las pediculosis (vulgarmente piojos) pueden producir blefaroconjuntivitis (inflamación tanto de zona de los párpados como de la conjuntiva) y afectación de las pestañas”, asegura.

En la pediculosis, por ejemplo, “el paciente nota sensación de cuerpo extraño y enrojecimiento y en la exploración se encuentran los típicos piojos o liendres en la base de las pestañas”. Sin embargo, cabe recordar que no se trata de los clásicos piojos que relacionamos con los niños, sino de piojos púbicos o ladillas, pues “curiosamente los piojos que infectan a los niños en la cabeza no se asientan en las pestañas, solo afectan a las mismas los que se encuentran en el vello pubiano, por lo que su presencia en las pestañas es indicativo de contagio por vía sexual”, aclara.

Otras enfermedades, como la sífilis, según el artículo publicado en Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología, pueden provocar uveítis (inflamación del interior del ojo), panuveítis, disminución de agudeza visual, ceguera, neuropatía óptica, queratitis intersticial, uveítis anterior y vasculitis retiniana. “A la sífilis ocular se la conoce como la gran imitadora, dado que puede imitar múltiples tipos de uveítis”, cuenta Muñoz Negrete.

Hay otros síntomas que son menos evidentes, por ejemplo, “la conjuntivitis de inclusión por tracoma (clamidia) es difícil de detectar. Suelen ser pacientes que no responden a tratamientos habituales de conjuntivitis, hasta que el oftalmólogo detecta una conjuntivitis folicular atípica, sospecha el diagnóstico y aplica tratamiento específico. Los síntomas no son muy diferentes de una conjuntivitis (enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, secreción) pero no responden a tratamientos convencionales”, asegura.

Cómo se tratan y qué secuelas pueden dejar 

A veces dar con tratamiento adecuado para paliar los síntomas oculares de la ITS es difícil, pero porque es difícil dar con la causa si no se presentan otros síntomas, “lo más importante es sospecharlas, porque a menudo imitan otras patologías más frecuentes y pueden pasar desapercibidas si el oftalmólogo no sospecha su presencia. Y es que, ante un paciente que acude solo por síntomas oculares, no se suele sospechar que se trata de una ITS, pero a veces, los síntomas oculares pueden ser la manifestación principal de estas infecciones”. Una vez se sospecha que puede estar provocada por una infección de transmisión sexual, el tratamiento es “es el de la infección general, la mayoría con antibióticos por vía oral o sistémica. Es fundamental el tratamiento no solo del paciente, sino también de los contactos para prevenir que se perpetúe la infección”, advierte el profesor Muñoz Negrete.

También es importante tratarlas prematuramente para evitar secuelas a largo plazo, “si se tratan de forma precoz suelen responder bien al tratamiento, pero como indican Godoy-Mancilla y col en el artículo de Archivos de la SEO, pueden quedar secuelas como opacidades vítreas o lesiones en retina o nervio óptico en la sífilis. En el caso de las clamidias pueden producirse cicatrices en la conjuntiva y malposiciones de los párpados, aunque esto es más frecuente en el tercer mundo por otras variantes de la clamidia. En el caso de la conjuntivitis gonocócica del recién nacido, pueden producirse lesiones corneales graves e incluso perforación ocular, pero esto es casi exclusivo de países subdesarrollados”.

Aunque lo mejor para evitar estas secuelas es prevenir la infección, algo que consigue evitando contagiarse practicando siempre sexo seguro usando siempre preservativo. 

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