El descanso es tan importante para nuestra salud como pueden serlo la alimentación o el ejercicio físico y, sin embargo, es probablemente uno de los aspectos más descuidados. No necesariamente por los individuos, no obstante; muchas veces, son las condiciones materiales y de vida las que impiden descansar adecuadamente, con los importantes efectos negativos para la salud que ello conlleva.
Un fuerte impacto en las funciones neuronales
Una investigación publicada en la revista científica Occupational & Environmental Medicine ha documentado algunos de los efectos negativos que tiene para la salud el trabajo por turnos, y ha encontrado que quienes tienen este tipo de horarios presentan una memoria de trabajo más pobre, una menor velocidad de procesamiento mental, niveles más bajos de alerta y concentración y una menor habilidad para controlar sus impuestos y la respuesta situacional, lo que a su vez puede repercutir en un mayor riesgo de accidente laboral.
Para llegar a estas conclusiones, han analizado un total de 18 estudios (que, en conjunto, trabajan una muestra de más de 18.000 participantes). Entre todos, evalúan varios aspectos fundamentales: la velocidad de procesamiento mental, la memoria de trabajo y la alerta (vigilancia psicomotriz), la habilidad de filtrar impulsos visuales irrelevantes (atención visual), el control de impulsos y la respuesta situacional (control cognitivo) y la habilidad para cambiar de tarea inconscientemente.
Cinco estudios comparaban a trabajadores en turno fijo con aquellos que trabajaban en horario de oficina convencional, mientras que once comparaban a trabajadores con rotación de turnos frente a personas que trabajaban en horario de oficina convencional.
La mitad de las investigaciones se centraba en trabajadores sanitarios y la otra mitad en otras profesiones, como agentes de policía o empleados de soporte informático.
Implicaciones para la salud y la seguridad de los trabajadores
En el conjunto de los resultados, los autores del meta-análisis encontraron que el trabajo por turnos tenía un efecto negativo muy importante sobre el control cognitivo, y efectos más pequeños pero aún significativos sobre la vigilancia psicomotriz y la atención visual. Por el contrario, no se encontró ninguna diferencia en lo que respecta a la habilidad para cambiar de tareas.
La explicación que proponen para este fenómeno tiene que ver con dos circunstancias ampliamente documentadas en los trabajadores por turnos: la interrupción de los ritmos circadianos (aquellos que marcan en las personas la alternancia en el sueño y la vigilia, muy ligados a los ciclos naturales de la luz solar) y a la alteración de la expresión de las hormonas que los regulan (concretamente, el cortisol y la melatonina).
Con todo, los autores reconocen algunas limitaciones al alcance de estos resultados. Por ejemplo, mencionan que los test empleados para evaluar estas afectaciones varían entre unas investigaciones y otras; como también varían las definiciones de trabajo por turnos que trabajan. Similarmente, debido a que diferentes trabajos varían en términos de carga de trabajo, las conclusiones podrían estar fallando en estimar el impacto de los turnos en profesiones específicas.
Sea como sea, sí que destacan que la reducción en el desempeño neuroconductual podría jugar un rol importante sobre la incidencia de accidentes laborales y errores, con implicaciones para la salud en el lugar de trabajo y para la seguridad de los trabajadores.