Se sigue pensando que el infarto es sólo cosa de hombres, pero los datos son tozudos. Es más, la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo provocan más infartos en las mujeres que en los hombres
Así lo afirma el Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) tras señalar que la enfermedad cardiovascular continúa siendo la primera causa de muerte en la mujer.
Solo una cifra: en 2020 fallecieron casi 8.000 mujeres más que hombres por enfermedades cardiovasculares.
También se sabe que los factores de riesgo cardiovascular son más frecuentes en las mujeres que en los hombres que ingresan en los hospitales: el 50 % de las mujeres ingresadas por infarto tiene más de tres factores de riesgo.
“Y se habla mucho del cáncer de mama y de su mortalidad, pero la enfermedad cardiovascular continúa siendo la primera causa de muerte en la mujer en Europa y Estados Unidos”, advierte a EFEsalud la doctora Antonia Sambola, una de las coordinadoras del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC.
En España, concretamente, y en 2020, último año del que hay datos disponibles, fallecieron casi 8.000 mujeres más que hombres por esta causa, según el Instituto Nacional de Estadística.
La hipertensión, la diabetes mellitus tipo 2 y el tabaquismo, recalca, son factores de riesgo más potentes de isquemia miocárdica en las mujeres que en los varones.
Más infartos en las mujeres: otros factores
Además de los factores de riesgo clásicos (hipertensión, dislipemia, diabetes, obesidad, sedentarismo, dieta poco saludable y tabaquismo) existen otros no menos importantes, pero poco conocidos, que contribuyen a la aparición de enfermedad cardiovascular en la mujer.
Hablamos de los factores psicosociales: así el aislamiento o el estrés inciden con mayor dureza en la mujer confiriéndoles el doble de riesgo de desarrollar enfermedad coronaria que a los hombres.
No hay que olvidar la existencia de factores de riesgo exclusivos del género femenino que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como son los antecedentes obstétricos y ginecológicos, entre ellos la preeclampsia, la eclampsia, la diabetes gestacional, el parto prematuro, la menopausia prematura y el síndrome de ovario poliquístico.
Los trastornos autoinmunes sistémicos, que afectan más frecuentemente a la mujer, también incrementan el riesgo cardiovascular y por consiguiente los infartos.
Cuando la ansiedad es una afección cardiovascular
A pesar de todas estas evidencias, el Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC constata que “no hay información sobre la prevalencia de las patologías cardiológicas más importantes en la mujer” y que “existe una inequidad manifiesta en la aplicación de las guías de práctica clínica en comparación con el hombre”.
Para Sambola, existe realmente un sesgo muy importante a la hora de diagnosticar a la mujer y sucede que síntomas como el dolor torácico, la disnea o la palpitación se asocian a la ansiedad cuando no es esta la causa .
También apunta a que las mujeres que van a consulta con estos síntomas se les hacen menos exploraciones que a los hombres y asegura que cada vez más llegan mujeres con infarto, que habían acudido a consulta con anterioridad y no se les hizo el debido caso”.
Tampoco se dispone de datos suficientes sobre los resultados de diferentes procedimientos terapéuticos en la mujer con enfermedad cardiovascular.
“El 80 por ciento de las mujeres que sufren un infarto padecen dolor, aunque en en ellas se pueden registrar otros síntomas tales como sensación de mareo, náuseas, sudoración y dolor torácico”.
Se sabe, por ejemplo, que el 50 % de las mujeres ingresadas por infarto agudo de miocardio tiene más de tres factores de riesgo.
Para acabar con este sesgo en el diagnóstico, Sambola aboga por un cambio en la formación académica, por el reciclaje constante de los profesionales y una mayor concienciación por parte de la sociedad, porque a estos factores hay que sumar la falta de autocuidado por parte de las mujeres.
Mujer: dar prioridad a la salud
En muchas ocasiones y por múltiples condicionantes -entre otros la asunción de un rol social y familiar de cuidadora o la baja percepción de la enfermedad cardiovascular como una amenaza real- el autocuidado y el conocimiento de los factores de riesgo no son una prioridad en la atención a su propia salud.
Por eso es necesario contribuir al cambio de actitud en las mujeres, y este cambio es responsabilidad de todos: “Las propias mujeres, los profesionales sanitarios, los medios de comunicación, la administración sanitaria y toda la sociedad”, concluyen desde el Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC
La Sociedad Española de Cardiología es una organización científica y profesional sin ánimo de lucro dedicada a incrementar el estado del conocimiento sobre el corazón y el sistema circulatorio, a avanzar en la prevención y el tratamiento de sus enfermedades y a mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes cardiacos.
La SEC tiene entre sus objetivos principales reducir el impacto adverso de las enfermedades cardiovasculares y promover una mejor salud cardiovascular en la ciudadanía.
Para ello, trabaja para contribuir a la mejora de la calidad asistencial, promover la formación e investigación cardiovascular, fomentar la prevención y salud cardiovascular, además de crear vínculos nacionales e internacionales con las sociedades homólogas, y representar a todos los profesionales interesados en el área de la cardiología.