Los efectos colaterales de la pandemia y el confinamiento han sido múltiples y en lo que respecta a las mascarillas, su uso prolongado y continuo durante tantos meses ha aumentado un 20% el número de primeras consultas por problemas en el desarrollo del habla de los niños, según confirman los pediatras y logopedas del grupo hospitalario HM Hospitales.
El incremento de niños afectados con problemas del desarrollo del habla se ha producido de manera progresiva desde mayo de 2020. La doctora Sita Pastor, del Servicio de Logopedia y Terapia miofuncional del Hospital HM Nens de Barcelona, explica que “las dificultades que estamos observando en el desarrollo del habla de los niños es una consecuencia directa de las especiales circunstancias que nos ha obligado a vivir la pandemia. El uso de la mascarilla está impidiendo que los pequeños que se encuentran inmersos en pleno proceso evolutivo del habla puedan imitar los movimientos de los labios y los sonidos que escuchan, algo que resulta fundamental a la hora de construir el lenguaje”.
Sin embargo, la mascarilla no es la única causa de este problema ya que otro factor importante que lo ha potenciado ha sido la falta de socialización de estos últimos dos años. La responsable del Servicio de Logopedia del Hospital Universitario HM Torrelodones, Mónica Navarro, afirma que “la menor interacción con otros niños y adultos ajenos a la burbuja de convivencia ha reducido notablemente la presión social, es decir, la necesidad de hablar y comunicarse”.
¿Qué tipos de problemas se están dando con mayor frecuencia entre los más pequeños? La doctora Pastor indica que “nos estamos encontrando con problemas en el área del lenguaje y la expresión como la dislalia –dificultades de pronunciación-, la construcción de palabras y la creación de oraciones, lo que afecta directamente a la lectoescritura, dificultando la comprensión lectora”.
La especialista subraya también que la edad media de la mayoría de los niños que acuden a consulta con sus padres en busca de diagnóstico oscila entre dos y cinco años, lo que para la doctora “es lógico porque son los que cuando empezó la pandemia se encontraban en pleno proceso evolutivo del habla, que finaliza a los 4 años”.
“Nos encontramos problemas en el área del lenguaje y la expresión como la dislalia, la construcción de palabras y oraciones, lo que afecta directamente a la lectoescritura”
Por todo ello es importante que los padres estén atentos a determinadas señales que pueden ponerles sobre aviso de que sus hijos están sufriendo algún tipo de dificultad en el desarrollo del lenguaje a causa del uso de la mascarilla. “Los padres deben fijarse en si sus hijos tienen un desarrollo del lenguaje más lento, o si presentan dificultades articulatorias o de pronunciación que no mejoran con el tiempo. En este caso, debe acudirse a la consulta del especialista para que lo evalúen y diagnostiquen, ya que la problemática puede ser motivada por el uso de la mascarilla. También es conveniente observar si hay dificultades en la comprensión del mensaje o si tardan más tiempo en responder a lo que se les pregunta”, explica Mónica Navarro.
Según las expertas, en la gran mayoría de los casos estos problemas derivados del uso de la mascarilla no revisten gravedad y pueden solucionarse con el apoyo del logopeda y la realización de la terapia adecuada. El tratamiento, siempre adaptado a cada paciente, aborda diferentes ejercicios entre los que se encuentran “ejercicios de movilidad de los órganos bucofonatorios, ejercicios articulatorios con distintos fonemas, ejercicios de respiración y de soplo, ejercicios de discriminación auditiva, ejercicios de vocabulario y estructuración morfosintáctica, entre otros”, enumera la responsable del servicio de Logopedia.
Respecto a la duración del tratamiento, no es posible determinar un número concreto de sesiones, ya que cada niño presenta un ritmo diferente. “Dependiendo de cada caso particular, el tratamiento será más o menos sencillo y más o menos rápido. No es lo mismo un niño con un retraso leve del lenguaje o con algunas dislalias, que un niño que tenga algún déficit neurológico y un retraso moderado del lenguaje”.
En el caso de los niños que presentaban antes del confinamiento problemas de desarrollo del lenguaje por alguna discapacidad o retraso madurativo se ha observado también un estancamiento en la evolución durante estos meses. “Esto es debido a la interrupción de todas las terapias que seguían estos niños: logopedia, estimulación… y al escaso contacto social durante la pandemia. Hoy en día, los niños siguen teniendo menos momentos comunicativos y de socialización que antes, lo que repercute en el desarrollo del lenguaje”, nos cuenta Navarro.
Para ellos, el tratamiento tras el confinamiento sigue siendo el mismo “pero hay que reforzar más la visión de la zona facial, ya que sigue siendo invisible por la mascarilla, e incluso hacer más énfasis en el tono de voz durante las sesiones, ya que la percepción del sonido no es igual de clara con el uso de la mascarilla”.
Disfonías en adultos
Por otra parte, se ha observado también un incremento del 50% del número de casos de disfonía –la pérdida del timbre habitual debido a un trastorno funcional u orgánico de la laringe- entre los adultos que utilizan la voz como herramienta de trabajo (profesores, monitores, teleoperadores, recepcionistas…) Se trata de trastornos que no resultan graves y pueden reconducirse, pero requieren terapia y el apoyo de los especialistas para evitar complicaciones mayores.
Las principales causas de esta irregularidad son nódulos o pólipos, que deben tratarse adecuadamente para evitar posteriores complicaciones. Mónica Navarro indica que es “un trastorno que repercute mucho en el día a día de las personas que lo sufren, pues comporta una notable incapacidad. De hecho, la mayoría se ven obligadas a coger la baja laboral”.