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El brócoli es uno de esos alimentos que no acepta medias tintas: o lo amas o lo odias. Para los primeros, la ciencia os trae una buena noticia: está demostrado que puede ayudar a la reducción del azúcar en sangre y, por tanto, es una herramienta esencial para prevenir la diabetes de tipo dos, tan abundante estos días. Para los segundos: igual vale la pena que lo intentéis.
Las propiedades del brócoli para reducir el azúcar en sangre han quedado patentes en varios estudios durante las últimas décadas. Considerada por muchos un superalimento, este vegetal es una herramienta poderosa en la lucha contra la diabetes, una enfermedad que afecta a más de 536 millones de personas en todo el mundo, número podría duplicarse para el año 2045.
Diversos análisis científicos han demostrado que el brócoli contiene un compuesto llamado sulforafano. Este compuesto, que se encuentra en concentraciones más altas en el brócoli joven, ha mostrado un gran potencial para reducir los niveles de azúcar en sangre y mejorar la resistencia a la insulina, una de las principales causas de la diabetes tipo 2.
Otras investigaciones recientes, como una realizada en 2018, han puesto de relieve la capacidad del sulforafano para actuar como antioxidante y ayudar a regular los procesos celulares que se ven alterados en personas con diabetes. Otros estudios, además, han abierto la puerta a la posibilidad de desarrollar nuevos medicamentos a partir de este compuesto, lo que podría ofrecer una alternativa más natural y con menos efectos secundarios que los tratamientos actuales.
Además de estos beneficios, el brócoli sigue siendo una verdura básica en una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales como la vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico. Así, el brócoli no solo nos ayuda a mantenernos saludables, sino que también podría convertirse en un aliado en la prevención y el control de una de las enfermedades más comunes de nuestro tiempo.
