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El debate sobre si es mejor consumir agua con gas o sin gas es habitual entre los amantes de las bebidas con burbujas. Aunque las preferencias personales juegan un papel fundamental, la ciencia también ofrece respuestas claras sobre las diferencias y beneficios de cada opción.
El agua con gas obtiene su característica efervescencia gracias a la adición de dióxido de carbono al agua filtrada, lo que genera ácido carbónico y hace que esta agua sea más ácida en comparación con el agua sin gas, según explican el doctor Christian Moro y la profesora de la Universidad de Bond Charlotte Phelps en un artículo para The Conversation. Esta diferencia en el pH, que oscila en torno a 3,5 para el agua con gas y entre 6,5 y 8,5 para el agua sin gas, plantea algunas preguntas sobre su impacto en la salud.
¿Es perjudicial para los dientes?
En términos de hidratación, tanto el agua con gas como el agua sin gas son igualmente eficaces, según los expertos. Ambos tipos de agua cumplen la función esencial de mantener el cuerpo hidratado, sin que existan diferencias significativas en este aspecto. Además, cualquier tipo de agua es preferible a las bebidas azucaradas o con edulcorantes artificiales, no solo por su bajo contenido calórico, sino también por su menor impacto en la salud bucal.
Respecto al posible daño en el esmalte dental, la acidez del agua con gas podría, en teoría, tener un efecto negativo, especialmente si se combina con cítricos o azúcares, que pueden incrementar este riesgo. No obstante, para la mayoría de las personas, el impacto es mínimo. Un consejo práctico es alternar el consumo de agua con gas con un vaso de agua sin gas para neutralizar la acidez en la boca.
Los expertos advierten a quienes rechinen los dientes con frecuencia, ya que “el reblandecimiento podría potenciar el daño que causa”
Los expertos advierten a quienes rechinen los dientes con frecuencia, ya que “el reblandecimiento podría potenciar el daño que causa”. Tampoco recomiendan el agua con gas si estás llevando a cabo un proceso de blanqueamiento en casa, porque podría decolorar tus dientes.
Impacto en la digestión y temperatura del agua
El agua con gas, aunque refrescante, no está exenta de causar molestias digestivas en algunas personas. La acumulación de gases puede generar hinchazón o malestar estomacal, especialmente en individuos con sensibilidad digestiva. Además, la acidez del agua con gas podría irritar el sistema urinario en personas con vejiga hiperactiva.
En cuanto a la temperatura del agua, algunos estudios sugieren que el agua fría podría ralentizar la digestión al contraer los vasos sanguíneos y reducir las contracciones gástricas. Sin embargo, otras investigaciones indican que el agua fría podría aumentar temporalmente el metabolismo, ya que el cuerpo necesita calentar el agua fría a la temperatura corporal. Este efecto, aunque leve, demuestra que la temperatura del agua también juega un papel en su impacto en el cuerpo.
En definitiva, la elección entre agua con gas o sin gas depende de las preferencias personales y de cómo reacciona nuestro cuerpo. Ambos tipos de agua son opciones saludables, y la clave está en mantenerse hidratado de la manera que mejor se adapte a nuestras necesidades.
