Descubre los cinco alimentos que debes eliminar de tu dieta habitual para evitar problemas de corazón, según esta cardióloga

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Con las comilonas navideñas a la vuelta de la esquina, nunca está de más dar un repaso por esos alimentos apetecibles que pueden causarnos algún problema de salud a largo plazo. Si bien hay muchos que prefieren mirar para otro lado y no privarse de sus comidas favoritas, todavía existen unos pocos que desconocen el riesgo que entrañan algunos productos pero, como se suele decir, “la ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento”, y la cardióloga y ‘tiktoker’ Magdalena Perelló nos da algunos consejos.

Los alimentos ultraprocesados son especialmente nocivos para nuestro cuerpo, pues contienen conservantes, aditivos, así como colorantes y edulcorantes artificiales, que distan mucho de ser saludables. Su alto contenido en azúcares, sodio, sal y grasas trans convierten a alimentos como las patatas, galletas y la comida rápida en firmes candidatos para elevar nuestro colesterol y el riesgo de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas a largo plazo.

También es aconsejable moderar el consumo de carnes procesadas como el jamón, el tocino o las salchichas, pues contienen sal y conservantes empleados para alargar su vida útil. Estos alimentos pueden elevar nuestra presión arterial, y su ingesta está estrechamente relacionada con un riesgo mayor de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, así como cáncer colorrectal.

Las bebidas azucaradas representan otro alimento tachado de la lista de comidas recomendables, en especial los refrescos, bebidas energéticas y zumos industriales. Además de su alto contenido calórico, no aportan nutrientes esenciales y contribuyen a elevar el azúcar en sangre, aumentando con ello el riesgo de padecer obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

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La margarina y los productos con aceites hidrogenados representan otra línea roja por su alto contenido en grasas trans, que contribuirá a elevar el colesterol malo. Estas grasas se generan durante el proceso de hidrogenación de aceites vegetales para darles una textura más sólida y alargar su vida útil, y su consumo está asociadas a la aparición de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2.

Por último, pero no menos perjudicial, todo el espectro de alimentos congelados y enlatados, como las pizzas, sopas, lasañas y un enorme repertorio que llena las estanterías del supermercado. Estos alimentos, ricos en sodio, conservantes, grasas trans, e incluso azúcares añadidos, pierden gran parte de sus nutrientes sensibles al calor debido al formato en el que se venden, y pueden acarrearnos, entre otras cosas, problemas de obesidad e hipertensión.