Stevia, panela, maltitol, sacarina, aspartamo, azúcar morena o azúcar blanca… la oferta de endulzantes es tan numerosa que puede llegar a ser realmente complicado saber por cuál de todos ellos inclinarse cuando uno está en el supermercado, ante el lineal de este tipo de productos.
La razón de que haya surgido tanta oferta tiene que ver, según Eduard Baladia, dietista-nutricionista y miembro del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Academia Española de Nutrición y Dietética, con que cada vez nos cuidamos más. Y no solo eso.
“Debido a regulaciones y una mayor preocupación por la salud, los fabricantes están obligados a informar mejor sobre los ingredientes de los productos. Esto ha hecho más visible la variedad de edulcorantes disponibles”. Edulcorantes que, en realidad, dice el experto, han existido siempre.
La mayor conciencia sobre los problemas relacionados con el consumo excesivo de azúcar, como la obesidad y la diabetes, también han influido, porque las personas buscan opciones más saludables. Y la industria alimentaria no ha podido dejar pasar la oportunidad y “ha respondido con edulcorantes que ofrecen dulzura sin las calorías o efectos negativos del azúcar”.
El azúcar, el enemigo público
En efecto, este producto se ha demonizado (con razón) en los últimos tiempos y por eso, como dice Baladia, “los dietistas, en cierta manera, vemos con buenos ojos la amplia variedad de edulcorantes disponibles hoy en día, sobre todo como alternativa para quienes tienen necesidades dietéticas específicas, como los diabéticos”.
En ese sentido, el experto quiere dejar claro que “el verdadero problema no suele ser el azúcar que añadimos conscientemente a los alimentos, sino los azúcares ocultos que consumimos a través de bebidas, especialmente refrescos, y productos ultraprocesados, principales responsables del exceso de azúcar en la dieta”.
Pero cuidado, porque “el marketing puede hacer que algunos productos parezcan más saludables de lo que realmente son. A pesar de que algunas alternativas de productos que llevan edulcorantes sean mejores que los que contiene azúcar, el consumo excesivo de alimentos que los contienen, que suelen ser alimentos superfluos o poco saludables, no sería recomendable”.
Ningún edulcorante es recomendable
De entre toda la oferta de edulcorantes, los consumidores queremos saber cuál debemos comprar. Pero la respuesta no es la que nos gustaría. “No se puede señalar un edulcorante como el más recomendable en general, ya que cada uno tiene sus buenos usos y limitaciones”, afirma baladia.
El marketing puede hacer que algunos edulcorantes parezcan más saludables de lo que realmente son
Y continúa: “No todos son adecuados para las diversas tecnologías alimentarias ni tienen el mismo impacto en los sabores. Por ejemplo, algunos funcionan mejor en productos horneados, mientras que otros son más adecuados para bebidas o alimentos fríos. Además, la tolerancia individual a ciertos edulcorantes puede variar”.
¿Y los diabéticos?
Las personas con diabetes pueden consumir stevia, sacarina y aspartamo, porque no afectan significativamente los niveles de glucosa en sangre. Por su parte, “el maltitol, aunque tiene un bajo impacto en los niveles de glucosa, debe ser consumido con moderación por diabéticos, ya que puede elevar ligeramente los niveles de azúcar en sangre”.
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Alimente
Los consumidores que quieran bajar su ingesta de calorías pueden adquirir stevia, prácticamente libre de calorías, al igual que la sacarina y el aspartamo. Mientras que el maltitol contiene alrededor de 2 ó 3 calorías por gramo, mientras que el azúcar tiene cuatro, al igual que la panela.
Stevia, panela, maltitol, sacarina, aspartamo, azúcar morena o azúcar blanca… la oferta de endulzantes es tan numerosa que puede llegar a ser realmente complicado saber por cuál de todos ellos inclinarse cuando uno está en el supermercado, ante el lineal de este tipo de productos.