Existen muchas personas que realizan ejercicio de manera constante, pero también son amantes de las bebidas alcohólicas. Pero ¿acaso sabes que esta combinación no resulta nada positiva para el cuerpo. Por eso habría que evitar el alcohol cuando de salud se trata y permitir que el cuerpo recoja los frutos del entrenamiento de la mejor forma. Pero para que puedas sacar esta bebida de una vez por todas, vayamos a conocer los estragos del alcohol en el entrenamiento.
Deshidratación
Cuando la piel se encuentra reseca, puedes dar por hecho que los mojitos de anoche se apoderaron de ti. El alcohol es un diurético y drena la humedad del cuerpo. El 90% de los síntomas de la resaca son resultado directo de la deshidratación. El agua es clave para mantener la salud a tope incluso ayuda a regular la temperatura del cuerpo, lo que podría hacer que ejercitarse resulte complicado.
Subidas abruptas de azúcar
El alcohol está cargado de azúcar y cuando un producto alimenticio cuenta con una carga glucémica elevada, este se transforma en glucosa una vez digerido. Dicho aumento repentino hace que el cuerpo se inflame, lo que puede conducir a una retención de líquidos, hinchazón y fatiga una vez que vuelve a descender.
Antojos
El día después de haber tomado alcohol, por lo regular trae consigo antojos de comidas grasientas. El alcohol ayuda a que aumente repentinamente un químico en el cerebro llamado galanina que hace que se antojen comidas repletas de grasa. La sensación de aletargamiento y una dieta carente de nutrientes son muestras de que el cuerpo no está recibiendo el combustible necesario y el hacer ejercicio resultará muy complicado
Dolor muscular
El ácido láctico se acumula cuando bebemos bebidas fuertes, lo que quiere decir que es mucho más probable que experimentes algunos episodios dolorosos durante el ejercicio. Otra consecuencia es la fatiga muscular y la falta de hormonas de crecimiento, las cuales son vitales para desarrollar el músculo y repararlo. Si bebes constantemente, el tiempo para recuperarse tras una rutina de ejercicio será un período muy largo y te será muy difícil desarrollar los músculos.
Metabolismo reducido
Debido al estrés que provoca el alcohol en el sistema digestivo, los intestinos y el estómago se vuelven perezosos. Cuando las secreciones digestivas flojean, la velocidad a la que el cuerpo absorbe los nutrientes desciende, lo que provoca que el metabolismo se ralentice. Así que opta por alimentos ricos en nutrientes antes de consumir alcohol para ayudar a que el sistema digestivo pueda funcionar de la mejor forma.
Conociendo todo lo que puede provocar una ingesta de alcohol al ejercitarse, más vale pensarlo dos veces para decidir que el entrenamiento es lo mejor que le puede pasar a tu vida y dejar de lado el alcohol.
Imagen: dir.cat