Hechos tan tristes como la pandemia de SIDA que el mundo vive desde la década de los 80 han ayudado a que mucha gente tome conciencia del riesgo que suponen algunas enfermedades de transmisión sexual, pero sigue habiendo unas cuantas que permanecen ignoradas. Un claro ejemplo es el chancroide.
¿Qué es el chancroide? ¿Cuáles son sus causas?
El chancroide es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Haemophilus ducreyi, muy presente en en los países en vías de desarrollo, siendo especialmente prevalente en África y en el sudeste asiático.
Se transmite únicamente por vía sexual o por autoinoculación, tras entrar en contacto con el fluido que emana de las úlceras que provoca. Tienen mayor riesgo de contraerlo los hombres no circuncidados, y se considera un factor de riesgo para contraer el VIH.
¿Cuáles son sus síntomas?
El síntoma principal del chancroide es la aparición de una serie de úlceras características (normalmente una en los hombres y varias en las mujeres) que simulan las típicas de la sífilis, aunque con algunos rasgos distintivos.
Esta úlcera, inicialmente una protuberancia, varía de tamaño entre los 3mm y los 5cm; suele ser dolorosa, es suave, con bordes claramente definidos, con una base recubierta de un material gris y sangra fácilmente.
En la mitad de los pacientes se produce además inflamación de los ganglios linfáticos de la ingle; y, a su vez, en la mitad de quienes experimentan esto los ganglios se rompen y forman abscesos que supuran.
Si no se trata, en raras ocasiones llega a provocar fístulas uretrales y cicatrices en el prepucio en los hombres no circuncidados.
¿Cómo se trata?
El chancroide normalmente mejora por sí mismo, pero aún así suele tratarse con antibióticos. De esta manera, suele lograrse la desaparición de las úlceras en muy poco tiempo y sin apenas cicatrización.
En los casos en los que hay una inflamación muy importante en los ganglios linfáticos, se puede proteger al drenaje con aguja o con cirugía local.