El dolor de rodilla es muy común. Le afecta a personas tanto jóvenes como mayores. Puede producirse tras una lesión deportiva o aparecer de manera repentina, pero siempre tiene un origen. Por lo general, el dolor aumenta conforme pasa el tiempo, por lo que es recomendable remediarlo lo antes posible para evitar que la dolencia empeore.
Causas del dolor de rodilla
En cuanto a las causas de dolor de rodillas, son muchos los factores que influyen en la aparición de este malestar.
Lesiones: una de las causas más comunes del dolor de rodilla
Tal y como hemos comentado al principio de este artículo, el dolor de rodillas repentino suele deberse a una lesión. Dicha lesión puede haberse producido en cualquiera de las partes que conforman la articulación. No obstante, hay algunas lesiones más comunes que otras.
Fractura en el hueso
La fractura es una lesión que provoca mucha incomodidad y que impide la movilidad de la articulación. Las fracturas pueden darse tanto en la rótula como en cualquier otra estructura ósea de la rodilla. Generalmente, ocurren tras una caída o accidente, siendo muy poco común que se den de forma repentina en personas sin problemas de huesos. Para evitar las fracturas, es sumamente importante realizar ejercicio físico con cuidado y siempre con el conocimiento necesario o la ayuda de un profesional. El tratamiento suele consistir en la colocación de una férula o yeso. A veces, se debe recurrir a una operación para poder sanar el hueso.
Lesión del ligamento cruzado anterior
Son cuatro los ligamentos que unen la tibia con el fémur, el ligamento cruzado anterior es uno de ellos. Esta lesión es muy común en los futbolistas. En el caso de los deportistas, es común recurrir a la cirugía. No obstante, el tratamiento suele consistir en: reposo, elevación y rehabilitación fisioterapéutica.
Desgarro del menisco
El menisco es un cartílago en forma de “c” cuya función es amortiguar el impacto que recibe la rodilla al andar, correr, saltar o practicar cualquier tipo de deporte o de actividad diaria. Existen dos meniscos: el exterior y el interior. El desgarro de estos es bastante común y suele estar provocado por giros rápidos. Dependiendo de cómo sea el desgarro, puede que se necesite cirugía para su reparación. No obstante, en desgarros leves solo hace falta tratamiento fisioterapéutico y reposo.
Tendinitis
La tendinitis no es más que la inflamación de un tendón, la cual surge por un uso excesivo y constante de este. Para tratarla se suelen realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, así como terapias de iontoforesis.
¿Cómo aliviar el dolor de rodilla?
En primer lugar, es importante acudir al médico o al fisioterapeuta para que evalúe el origen del dolor. No obstante, existen varios consejos para aliviar el dolor de rodilla y prevenir que lo que sea que lo provoque, empeore.
El primer consejo de todos, y el que se aplica en un primer momento a cualquier dolencia, es guardar reposo. Procura no forzar la articulación y descansa por unos días del entrenamiento físico. Utiliza el ascensor en vez de las escaleras e intenta no pasar demasiado tiempo de pie. Si sientes que la rodilla ha perdido estabilidad debido a la lesión, puedes usar una rodillera. Encontrarás diferentes rodilleras de farmacia, las cuales sirven para proteger la rodilla lesionada y mejorar la estabilidad. Estos elementos terapéuticos reducen la presión que sufren las áreas lesionadas y, en algunos casos, se utilizan para retrasar la cirugía.
¿Cómo elegir la rodillera adecuada?
A la hora de elegir la mejor rodillera, debes conocer en primer lugar qué es lo que origina el dolor de rodilla. Una vez tengas claro esto, podrás comprar una rodillera u otra. Por ejemplo, si sufres de artritis, esguinces en los ligamentos o lesiones de meniscos, se recomiendan las rodilleras de neopreno. En cambio, las de tela elástica son mejor para uso preventivo, ya que no aportan una gran sujeción.
Por último, es fundamental elegir la talla apropiada, para así conseguir que la rodilla cure bien y no empeorar la situación.