Seguir una dieta sumamente exigente para nuestro organismo puede tener consecuencias fatales. No todo se reduce a perder peso, sino que hay muchos más elementos que tener en cuenta. Por ejemplo, el funcionamiento de nuestros órganos o la estabilidad de nuestro sistema hormonal. Es así ya que en los mecanismos de apetito y saciedad intervienen hormonas como la leptina y la grelina.
Por no hablar del conocido efecto rebote, que nos puede llevar a recuperar todo el peso perdido durante el proceso de adelgazamiento, e incluso más. Todo ello es solo la punta del iceberg. En las dietas restrictivas se suelen ignorar por completo las necesidades de micronutrientes como vitaminas y minerales esenciales que nuestro cuerpo necesita. No solo importan las calorías, ya que nuestro organismo necesita nutrientes para realizar sus funciones vitales. Mantener la función muscular, respiratoria o sencillamente transmitir adecuadamente los impulsos nerviosos. En todo ello influye un adecuado aporte de micronutrientes.
Perder peso no es el objetivo principal, sino que debe formar parte del proceso de mejora de nuestra salud corporal donde la adquisición de hábitos saludables a largo plazo es la auténtica meta a conseguir. Partiendo de la base de que ninguna dieta con “nombres y apellidos” suele ser un buen augurio, lo cierto es que sí existen algunos modelos de alimentación que pueden ayudarnos a seguir un patrón saludable a la vez que mejoramos nuestra composición corporal. A continuación te ofrecemos algunos consejos de nutrición y salud para que puedas mejorar poco a poco tus hábitos saludables sin recurrir a destructivas dietas milagro.
Dieta alta en proteínas
Uno de los errores habituales de las dietas de adelgazamiento extremas consiste en no comer absolutamente nada, o muy poco. En este sentido, se conoce que las proteínas conforman un macronutriente con un enorme poder saciante. Esto se traduce en que un adecuado aporte proteico puede ayudarnos a regular nuestra hambre a lo largo del día, facilitando los procesos de adelgazamiento.
¿Cómo podemos obtener proteínas de calidad? Pues a partir de fuentes alimentarias como leche, queso, yogur, huevos, carnes magras y pescados, tanto blancos como grasos. Si nos fijamos en las fuentes alimentarias vegetales, también encontramos alimentos con un excelente aporte proteico en las legumbres, los frutos secos y los cereales.
Dieta mediterránea
La dieta mediterránea es uno de los modelos alimentarios más alabados por sus beneficios hacia la salud demostrados científicamente. Tiene algunos puntos negativos, por ejemplo el fomento del consumo de bebidas alcohólicas como el vino, pero en general se presenta como una dieta saludables por su elevado aporte de alimentos saludables: frutas, verduras, hortalizas, legumbres y aceite de oliva virgen extra.
¿Conoces el origen de la dieta mediterránea? Le debemos esta forma de alimentación al investigador Ancel Keys, conocido por sus estudios científicos en el ámbito de la nutrición y salud. El más relevante de ellos se conoció como “el estudio de los 7 países”, y fue publicado en el año 1970. Esta investigación fue el origen del concepto “dieta mediterránea”. Puedes conocer más información sobre la dieta mediterránea y su origen en este artículo que publicamos en Vitónica.
Dieta vegetariana
Consumir alimentos de origen vegetal se asocia enormemente con beneficios para la salud tales como protección cardiovascular y una menor prevalencia de otras enfermedades metabólicas como la diabetes e incluso el cáncer.
Por ello, los modelos dietéticos basados en el consumo de alimentos vegetales como frutas, verduras y hortalizas solamente pueden traducirse en beneficios para la salud. Eso sí, es importante planificar adecuadamente para no entrar en déficits nutricionales, ya que no podemos alimentarnos exclusivamente a partir de un solo grupo alimentario. Es necesario combinar varios de ellos para obtener todos los nutrientes que nuestro organismo necesita: grasas, proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales.
A pesar de la enorme crítica que reciben las dietas vegetarianas en este aspecto, lo cierto es que no hay motivos razones para temer un incorrecto aporte de proteínas a través de alimentos vegetales como legumbres, frutos secos y cereales, así como alimentos de origen animal permitidos como los lácteos y el huevo. Combinando su consumo en la dieta habitual es posible obtener todos los aminoácidos esenciales que nuestro organismo necesita para funcionar.
Dieta vegana
Yendo un paso más allá, es posible llevar a cabo una dieta exclusivamente vegetal sin problemas hacia la salud ni déficits nutricionales. La diferencia entre una dieta vegetariana y vegana, es que en esta última también se eliminan alimentos que impliquen la explotación animal, tales como los lácteos, el huevo o la miel, por ejemplo.
La única excepción nutricional que no podemos obtener a partir de fuentes exclusivamente vegetales es la vitamina B12. Este micronutriente debe suplementarse tanto en población vegana como vegetariana, ya que es complicado alcanzar los requerimientos mínimos a partir del huevo y los lácteos. En este sentido, se recomienda actualmente la suplementación semanal de 2000 microgramos de vitamina B12 en formato cianocobalamina, por ser el formato que mejor se absorbe en el organismo como megadosis.
Dieta cetogénica
Por último, encontramos la dieta cetogénica como una alternativa que ha mostrado evidencias de ser útil en el proceso de pérdida de peso. Sin embargo, no es una dieta para todo el mundo ni debe realizarse por cuenta propia. Es importante que esté supervisada por un profesional sanitario especializado en la materia, ya que la dieta cetogénica debe usarse como una herramienta puntual, y no como un método milagroso que nos permita adelgazar a toda costa.
La dieta cetogénica se basa en una reducción de la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono, con el objetivo de estimular la síntesis de cuerpos cetónicos que suplan a la glucosa como sustrato energético del organismo. Este proceso ha mostrado algunos beneficios para la salud en casos muy concretos, algunos de ellos relacionados con la pérdida de peso. Sin embargo, y como decíamos, no es un modelo alimentario recomendable para realizar por nosotros mismos. Debe estar vigilado por un profesional.
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