La interacción entre el sistema nervioso y el inmune podría justificar los cambios neuronales que se producen, simultáneamente, en el sistema visual, según un estudio en ‘Frontiers in Medicine’. El abordaje de un ojo lesionado no debería restringirse sólo a ese ojo. El tratamiento debería aplicarse en ambos.
Cuando un ojo se inflama o recibe un daño en la superficie ocular, se activan los nervios sensoriales y se provoca una sensación de molestia, irritación o dolor. No obstante, algunos pacientes refieren que también sienten molestia o dolor en el ojo sano.
La justificación podría encontrarse en un estudio del Grupo de Neurobiología Ocular de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), dirigido por las catedráticas María del Carmen Acosta y Juana Gallar, que ha demostrado que existen cambios en la actividad neuronal en ambos ojos, lo cual podría cambiar tanto los protocolos existentes en los estudios preclínicos de fármacos como los tratamientos oculares de pacientes que acusen de dolor y molestias.
El trabajo, publicado en Frontiers in Medicine, ha sido coordinado, además de por las directoras del grupo, ha sido coordinado por Carolina Luna y Susana Quirce, Adolfo Aracil y Carlos Belmonte.
El punto de partida era comprobar la posibilidad de que estas sensaciones alteradas en el ojo aparentemente sano se deban a un cambio en la actividad de los nervios sensoriales de la córnea del ojo contralateral.
Según Carolina Luna, “los nervios sensoriales de la superficie del ojo, que son los responsables de detectar los estímulos y nos producen sensaciones, hacen su función mandando señales eléctricas a nuestro cerebro. En este trabajo, hemos registrado esa actividad eléctrica de los nervios que recogen la sensibilidad en la superficie del ojo”.
Distintos escenarios
Para probar su hipótesis, los investigadores compararon la respuesta de los receptores sensoriales de la córnea en los dos ojos de cobayas de laboratorio. Se expuso uno de sus ojos a condiciones diferentes que emulan la fotoqueratitis o ‘ceguera de la nieve’ -una enfermedad dolorosa que ocurre cuando el ojo se expone a los rayos ultravioleta-, la lesión por microqueratomo -similar a la producida por la cirugía LASIK para corregir la visión-, o la deficiencia de lágrima -un problema común del ojo seco que causa mucho dolor-.
Analizando la actividad eléctrica, “hemos comprobado que cuando hay un proceso inflamatorio que afecta solo a un ojo, la actividad eléctrica está alterada en ambos”, señala Luna. Los resultados concretos apuntan que “en todos los casos, también se detectó actividad sensorial alterada en los ojos sanos de los cobayas”, destaca Susana Quirce.
Hasta el momento, sólo existen hipótesis para intentar explicar este fenómeno. “Una de ellas es la interacción entre el sistema nervioso y el sistema inmune: cuando se produce una lesión/inflamación en un ojo, además de activarse los nervios sensoriales (produciendo sensaciones de irritación y dolor), se activa también el sistema inmune (para facilitar la reparación del tejido y evitar infecciones).
Esa activación del sistema inmune se produciría también en el ojo sano, provocándole un estado similar a la inflamación que alteraría la actividad de los nervios sensoriales”, expone María del Carmen Acosta.
Aunque el estudio se ha realizado en animales, añade Acosta, “los resultados son extrapolables al ser humano”. De hecho, los mismos explican algunos hallazgos clínicos.
“Por ejemplo, se había descrito que algunos pacientes que habían sido sometidos a cirugía de cataratas en un ojo, se quejaban de molestias y dolor en el ojo sano, aún no operado. Nuestro trabajo permite entender el porqué de esas situaciones clínicas en las que aparece malestar o dolor en el ojo sano, y es porque cuando se ha producido inflamación en un ojo, acaba afectándose la actividad de los nervios sensoriales de ambos ojos”, afirma Acosta.
Implicaciones y futuro
Esta alteración en paralelo de los dos ojos tiene dos grandes implicaciones. Por un lado, enfatiza Luna, “a la hora de probar nuevos fármacos en estudios preclínicos en los que hasta ahora se aplicaba el medicamento en un ojo y el otro ojo se utilizaba como control, se tendrán que hacer de otra manera”.
Además, Acosta explica que, en la práctica clínica se tendrá que considerar la posibilidad de tratar los dos ojos de un paciente con patología ocular de carácter inflamatorio, aunque ésta solo se de en uno de ellos, para evitar dolor y otros efectos indeseados en el contralateral. E. Mezquida (DM)