Diversos estudios han evidenciado que la exposición prenatal al paracetamol puede alterar el desarrollo fetal. Se ha visto que puede incrementar el riesgo de padecer algunos trastornos leves en el neurodesarrollo y también efectos urogenitales y reproductivos.
El paracetamol es un medicamento ampliamente utilizado para reducir los estados febriles y tratar el dolor moderado. Recientemente, sin embargo, la epidemiología ha evidenciado que el uso de este fármaco durante la gestación podría ocasionar trastornos leves de neurodesarrollo como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), y el trastorno del espectro autista (TEA) y también reproductivos y urogenitales. Lo que se consideraba una medicación segura durante el embarazo, ahora debería ser utilizada bajo prescripción médica, especialmente en casos en los que se deba tratar fiebre alta y dolor severo, ya que estos estados también pueden afectar al desarrollo del feto.
La mayoría de las mujeres son reticentes a tomar medicación durante el embarazo, pero 8 de cada 10 mujeres han tomado paracetamol durante la gestación. Se estima que en EE. UU el 65% de las mujeres embarazadas utilizan el paracetamol y globalmente el 50%. Con la evidencia actual se recomienda que las mujeres gestantes tengan precaución con este medicamento especialmente durante el primer trimestre de embarazo.
El paracetamol es un disruptor endocrino, un fármaco capaz de interferir en la actividad normal de las hormonas y afectar al correcto funcionamiento corporal. Puede causar enfermedades relacionadas con la salud reproductiva de la mujer, trastornos de la función reproductora masculina, y trastornos metabólicos y neurológicos.
El consumo excesivo de paracetamol durante el embarazo puede tener consecuencias desde de bebé hasta a la adolescencia. Algunos estudios realizados en mujeres embarazadas han evidenciado que este fármaco tiene efectos urogenitales y reproductivos en el feto, por ejemplo, un incremento en el riesgo de malformaciones genitales como una distancia más corta de lo normal entre el ano y los genitales. También se ha observado que no se produce un descenso normal de los testículos durante el desarrollo del niño y, otros estudios han registrado un inicio primerizo de la pubertad en las niñas.
Este medicamento puede atravesar la placenta y la barrera hematoencefálica, que regula la entrada de diferentes moléculas al cerebro. El cerebro es un órgano que lleva a cabo su desarrollo más importante en el útero de la madre y en la infancia, momentos en que es más vulnerable si está expuesto a tóxicos. Durante estas etapas algunos químicos como el paracetamol pueden causar efectos en el neurodesarrollo incluso a niveles bajos. Cuanto mayor es la exposición, mayor es el riesgo de que el niño o niña desarrolle un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno del espectro autista (TEA), retrasos lingüísticos o que tenga un cociente intelectual más bajo respecto a la media.
Se podría pensar en el ibuprofeno como alternativa al paracetamol, pero este, a pesar de tener también propiedades analgésicas, es un antiinflamatorio y está contraindicado durante el primer trimestre de gestación. Así pues, hay pocas alternativas farmacológicas al paracetamol para tratar la fiebre y el dolor.
Un documento presentado recientemente por investigadores de Europa y América recogía la evidencia científica disponible y recomendaba a las mujeres embarazadas utilizar el paracetamol bajo indicación médica, no utilizarlo para tratar afectaciones leves como el mal de espalda, y utilizarlo en la dosis mínima y durante el menor tiempo posible. Ll. D. B (SyM)
Información documentada por: Dr. Eduard Gratacós, director del Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON), e Investigador Principal del grupo Medicina Fetal y Perinatal – Clínico-IDIBAPS