´A gusto con la Tierra’ analiza el consumo de carne de la sociedad, así como la posibilidad de alternativas para reducir su impacto sostenible y mejorar la salud
Dos mujeres compran carne en un mercado de Madrid. EFE/ Víctor Casado
La carne entra en el espacio para hablar sobre la alimentación del futuro y los retos que supone para los próximos años en cuanto a su consumo.
Henar Fernández, conductora del podcast, y Noelia López, nutricionista de Nestlé, nos acercan las recomendaciones para alcanzar una alimentación saludable y sostenible más allá de este alimento.
En el nuevo programa la carne es la protagonista. ¿Por qué nos gusta tanto la carne? ¿Por qué la consumimos más de lo necesario?
La carne es uno de los alimentos que más consumo tiene en nuestra sociedad. Evolutivamente el ser humano viene de un sistema alimentario basado en la recolección y la caza.
“Hay culturas y religiones que precisamente siguen patrones vegetarianos, pero el mundo occidental tiene un fuerte vínculo con la carne y con las recetas ricas en alimentos de origen animal y productos derivados como los embutidos”
explica la nutricionista.
Además, también es muy común el pensamiento erróneo de que las proteínas que nos aportan la carne y sus derivados son de mayor calidad que las vegetales.
Se piensa que, sino la consumimos con cierta frecuencia, o incluso en cierta cantidad, no cubriremos las necesidades proteicas requeridas para mantener nuestra salud.
Impacto ambiental de la carne
Hay diferencias en el tipo de animal, ternera, pollo o conejo, como por el origen de esta carne. También se tiene en cuenta cómo se ha alimentado o cómo se ha criado.
“Los rumiantes, la carne roja como las vacas, emiten más gases de efecto invernadero que la carne blanca. Por eso para evitar el crecimiento de emisiones, así como por motivos de salud, es preferible priorizar carnes blancas como el pollo”
recomienda Noelia López.
En el caso de que nos cueste este cambio tenemos alternativas vegetales similares al sabor y textura para sustituir el consumo de carne.
A parte de esto es importante “ajustar el consumo de las raciones que tomamos a las recomendaciones”.
“De este modo seremos muchos más respetuosos y responsables con la problemática del desperdicio alimentario, que es parte de la sostenibilidad alimentaria”.
sostiene la especialista.
Prestando atención a estos ítems, frecuencia de consumo y desperdicio, ya estaríamos siendo mucho más sostenibles.
¿Es recomendable dejar de consumir carne roja?
Demonizar los alimentos no es una buena iniciativa, señala la nutricionista.
“Lo preferible es reducir la ingesta de carne y tratar de introducir más vegetales en nuestra alimentación como legumbres y cereales”
defiende la nutricionista.
No se trata de eliminar la ingesta, propone, sino de “hacer un consumo más responsable, disminuyendo las raciones y la frecuencia de consumo”.
El papel del pescado
Si optamos por pescado de proximidad y temporada su consumo será más sostenible.
Otra manera de apostar por la sostenibilidad en cuanto a la pesca es el mantenimiento a nivel mundial de la red natura, el consumo de acuicultura y las alternativas vegetales o al marisco.
La acuicultura
Se trata de la producción de pescado y marisco de manera controlada. “Esta práctica no es muy conocida pero poco a poco crece. Es más eficiente a nivel de sostenibilidad y está haciéndose un hueco en el mercado”.
“Hoy por hoy es la apuesta más firme de la FAO para asegurar que el consumo de estos alimentos sea sostenible. Además, tiene un impacto positivo a nivel de seguridad alimentaria y la consecuente apuesta por los productos frescos de proximidad”
Mercado sostenible
Las legumbres, los cereales, los frutos secos y las semillas son alimentos vegetales que pueden cubrir las necesidades proteicas.
“El tempeh y el tofu, elaborados con soja y trigo, son buenos sustitutivos de la carne. Estas alternativas están relacionadas con los patrones veggies, pero no hace falta seguir esta alimentación para incluirlos en nuestra dieta”
aconseja Noelia López.
Otras alternativas vegetarianas o veganas aportan mucha variedad en nuestros menús, pero no pretenden imitar a la carne.
Pero también encontramos un grupo de alternativas 100 % veganas que si consiguen que el consumidor disfrute comiendo una hamburguesa o salchichas con un cocinado y textura similar a la carne.
Ocurre algo parecido con “el atún, la Vuna, que ya tiene alternativas vegetales y que nos permite disfrutar del sabor, incluso del olor, del atún, pero con un producto totalmente vegetal elaborado a base de guisantes”.
Hoy en día es fácil encontrar este tipo de productos en el mercado. Su expansión permite ayudar a la sostenibilidad, ya que cada vez son más los productos sostenibles al alcance de todos.