¿Podría un simple desayuno mejorar la función cerebral a lo largo del día? Parece que sí, especialmente si introducimos nueces en él. Un equipo de investigadores de la Universidad de Reading ha descubierto que consumir 50 gramos de nueces (un puñado generoso) mezcladas con muesli y yogur acelera la reacción del organismo a lo largo del día y mejora la memoria al final del mismo, en comparación con un desayuno equivalente en calorías sin frutos secos. Las conclusiones del trabajo en el que también ha participado la Universidad de Winchester y el Centro de Investigación sobre Nutrición Humana y Envejecimiento del USDA de la Universidad de Tufts, han sido publicadas en la revista Food & Function.
Si bien se sabe que la dieta desempeña un papel importante en la salud cerebral general, y algunos estudios han sugerido que los frutos secos, incluidas las nueces, podrían ser beneficiosos para la función cognitiva, era necesario realizar investigaciones más específicas.
Para continuar con investigaciones previas que incluían tanto experimentos con animales como estudios poblaciones pero pocas en las que se hablara de los efectos de las nueces en las habilidades de pensamiento humanas, este experimento analizó a 32 adultos jóvenes sanos de entre 18 y 30 años de edad. Cada día de prueba, los participantes llegaban al laboratorio de investigación por la mañana, tras ayunar durante la noche.
Antes del desayuno, completaron una serie de pruebas de pensamiento y estado de ánimo, que sirvieron como medida de referencia. Estas pruebas se diseñaron para medir diferentes aspectos de la función cerebral, incluyendo la memoria y la función ejecutiva, que involucra habilidades como la atención, la concentración y la alternancia entre tareas. Después consumieron un desayuno rico en nueces y otro con las mismas calorías en diferentes momentos. Tras cada comida, los investigadores observaron la actividad cerebral de los participantes durante un periodo de seis horas, mientras estos realizaban distintas pruebas cognitivas.
¿Qué resultados obtuvieron?
Los científicos querían comprender si el consumo de nueces podría tener beneficios inmediatos y notables en la función cerebral a lo largo del día y, de ser así, cuáles podrían ser las razones subyacentes de estos efectos. Los resultados revelaron variaciones en la actividad neuronal, lo que indica que el consumo de nueces podría favorecer un rendimiento cerebral más eficiente, especialmente en tareas que demandan alta concentración y esfuerzo mental.
“Este estudio refuerza la idea de que las nueces son un alimento para el cerebro”, afirmó Claire Williams, profesora de neurociencia de la Universidad y autora del estudio. “Un puñado de nueces en el desayuno proporcionaría a los jóvenes adultos una ventaja mental cuando necesitan rendir al máximo. Es especialmente emocionante que una simple adición dietética pueda marcar una diferencia medible en el rendimiento cognitivo”.
Los investigadores sugieren que la combinación de nutrientes de las nueces, incluyendo ácidos grasos omega-3 alfa linolénicos, proteínas y compuestos vegetales llamados polifenoles, podría mejorar el rendimiento cognitivo, destacando el potencial de las nueces como potenciador natural del cerebro. Como este es el primer estudio que examina los efectos inmediatos de las nueces en la función cerebral en adultos jóvenes, se necesita más investigación para comprender plenamente su impacto.
¿Podría un simple desayuno mejorar la función cerebral a lo largo del día? Parece que sí, especialmente si introducimos nueces en él. Un equipo de investigadores de la Universidad de Reading ha descubierto que consumir 50 gramos de nueces (un puñado generoso) mezcladas con muesli y yogur acelera la reacción del organismo a lo largo del día y mejora la memoria al final del mismo, en comparación con un desayuno equivalente en calorías sin frutos secos. Las conclusiones del trabajo en el que también ha participado la Universidad de Winchester y el Centro de Investigación sobre Nutrición Humana y Envejecimiento del USDA de la Universidad de Tufts, han sido publicadas en la revista Food & Function.