Las mujeres que experimentan una menopausia muy temprana, antes de los 40 años, tienen un mayor riesgo de padecer demencia de cualquier tipo más adelante en la vida en comparación con las que comienzan la menopausia en la edad media (50-51 años). Así lo explicó un equipo de científicos de la Universidad Shandong de Jinan (China) en la conferencia Epidemiology, Prevention, Lifestyle & Cardiometabolic Health de la Asociación Americana del Corazón.
La relación entre menopausia y demencia
Las demencias son un grupo de enfermedades que provocan cambios cerebrales que afectan a habilidades tales como el uso del lenguaje, la toma de decisiones o la memoria. Se desarrollan normalmente en etapas avanzadas de la vida, e incluyen algunas afecciones como el alzhéimer, la demencia vascular o la demencia con cuerpos de Lewy.
Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio analizaron la relación entre la edad de inicio de la menopausia y el diagnóstico de cualquier forma de demencia, a partir de los datos de 153.291 personas recogidos en el estudio UK Biobank.
Además, hay que destacar que la investigación tuvo en cuenta posibles confusores como la edad del último examen médico, el origen racial, el nivel educativo, el uso de tabaco y alcohol, el índice de masa corporal, la incidencia de diabetes, el nivel socioeconómico y la actividad física.
En base a esto, concluyeron que las mujeres que entraron en la menopausia antes de los 40 años tenían mayores probabilidades de padecer demencia que aquellas que lo hacían a los 50. La diferencia es cuanto menos significativa: nada menos que un 35%.
Por otro lado, cabe señalar también que este mayor riesgo se iba reduciendo hasta llegar a las mujeres que entraban en la menopausia en la edad media para ello (los 50-51 años), y a partir de ahí la probabilidad de desarrollar demencia se mantenía estable.
Un factor a tener en cuenta
Los mecanismos por los que esto podría ocurrir son aún desconocidos, si bien los autores del trabajo sugieren que podrían estar ligados a los niveles disminuidos de estrógeno en las mujeres que entraron en la menopausia tempranamente.
Igualmente, se sabe que las mujeres en la menopausia tienen mayores probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares (que pueden provocar demencia vascular) que aquellas que aún no han entrado en esa etapa, con lo que esa diferencia temporal podría jugar un papel en la diferencia estadística.
Sea como sea, lo que los investigadores destacan es que tener este hallazgo en cuenta podría permitir una mejor evaluación del riesgo de demencia, con la consiguiente actuación sobre factores de riesgo modificables (actividad física, participación en actividades lúdicas y educativas, uso de alcohol o tabaco). Igualmente, puede favorecer el monitoreo temprano de posibles signos de declive cognitivo.