El refuerzo con Moderna ofrece una inmunidad superior que con Pfizer. Los nuevos datos refuerzan la idea de que harán falta vacunas específicas contra la nueva variante.
La protección que ofrece una tercera dosis de vacuna para evitar infecciones sintomáticas de covid causadas por la variante ómicron decae diez semanas después de la inoculación, según un análisis de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido. El análisis, basado en datos de 56.066 contagios de la nueva variante, indica que una dosis de refuerzo con la vacuna de Moderna proporciona una inmunidad más duradera que una tercera dosis con Pfizer.
En la misma línea, un estudio de la Universidad de Columbia de Nueva York publicado el jueves en la revista Nature confirma que las personas vacunadas con una tercera dosis de Moderna tienen más anticuerpos neutralizantes contra ómicron que las personas vacunadas con Pfizer. Los resultados indican que, si las dos primeras dosis han sido de vacunas de ARN mensajero como las de Pfizer y Moderna, la protección es superior que si la pauta inicial ha sido con vacunas de adenovirus como las de AstraZeneca y Janssen. Pero en todos los casos, y también después de las terceras dosis, la protección contra ómicron es más baja que contra la variante original del virus SARS-CoV-2.
“Incluso una tercera dosis puede no proteger lo suficiente contra la infección por ómicron. Sería apropiado desarrollar vacunas específicas contra esta variante”, declara por correo electrónico David Ho, investigador principal del estudio. Pese a la reducción de efectividad frente al contagio, Ho defiende que “la vacunación de refuerzo es aconsejable para proteger contra la enfermedad”.
Según los datos del Reino Unido, la inmunidad después de la tercera dosis depende en gran medida de la combinación de vacunas que se haya recibido. Si la pauta inicial ha sido con la vacuna de Pfizer, una tercera dosis también con Pfizer consigue una eficacia del 70% para prevenir infecciones con síntomas. Es decir, que de cada 100 personas que se contagiarían y tendrían covid con síntomas, se evitan 70 casos pero se producen 30, lo que indica que incluso personas vacunadas con tercera dosis deben mantener medidas de prevención. Diez semanas después de la dosis de refuerzo con Pfizer, la eficacia para prevenir infecciones con síntomas se reduce al 45%.
En el caso de que la pauta inicial haya sido con Pfizer y la dosis de refuerzo con Moderna, la protección al principio se sitúa en torno al 75% y se mantiene estable por encima del 70% nueve semanas después. Aún no hay datos para saber durante cuánto tiempo se mantendrá esta protección.
Si la pauta inicial ha sido con AstraZeneca, la protección en las primeras semanas después de la tercera dosis se sitúa en torno al 60%. A las nueve semanas baja al 45% si se ha recibido Moderna como refuerzo y al 35% si se ha recibido Pfizer.
Estas estimaciones se han basado en un análisis de todos los casos de infección por ómicron notificados entre el 27 de noviembre y el 17 de diciembre en el Reino Unido, donde se empezaron a administrar terceras dosis a principios del otoño. Los autores del análisis han revisado, entre las personas contagiadas con la variante ómicron, quién había recibido la tercera dosis y quién no, y cuántas semanas hacía que la había recibido. A partir de ahí se ha podido determinar la eficacia de la vacunación para prevenir contagios en función del número de semanas transcurridas desde que se recibió la dosis de refuerzo.
Por ahora no hay datos para evaluar la eficacia de otras combinaciones de vacunas –por ejemplo, si se ha recibido la pauta inicial con Moderna o Janssen–. Tampoco hay datos todavía para evaluar la protección que ofrecen las terceras dosis frente a casos de covid que requieren hospitalización. La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus iniciales en inglés) refinará su análisis sobre la efectividad de las terceras dosis en las próximas semanas a medida de que disponga de una muestra mayor de casos para estudiar.
Con los datos actuales, ya hay “evidencia de una reducción de protección contra la enfermedad sintomática diez semanas después de la dosis de refuerzo, con una reducción de efectividad vacunal del 15% al 25% después de diez semanas”, concluye la UKHSA en el informe en que presenta sus primeros resultados. J. Corbella (LV)