La ablación de los miomas sintomáticos mediante radiofrecuencia vaginal guiada por ecografía, en auge frente a la cirugía y las terapias hormonales.
El abordaje de los miomas uterinos es un tema recurrente en los congresos de ginecología dada la elevada prevalencia de esta entidad y con el objetivo de ofrecer la mejor estrategia terapéutica a las pacientes. El tratamiento ambulatorio por radiofrecuencia va ganando terreno frente a la cirugía y las terapias hormonales.
El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha convertido en el primer centro público asturiano en incorporar este tratamiento a su cartera de servicios a través de un protocolo ambulatorio cuyo propósito es lograr la ablación de los miomas sintomáticos mediante radiofrecuencia vaginal guiada por ecografía.
Se trata de una técnica relativamente novedosa que dura aproximadamente entre 15 y 30 minutos, y que está ganando terreno frente a la cirugía clásica. Los expertos consideran que es un procedimiento que irá a más en los próximos años, según explica María José Rodríguez, responsable de la Unidad de Ecografía Ginecológica del HUCA y de la puesta en marcha de este nuevo procedimiento, junto con David Valdés, especialista del mismo servicio.
Sintomáticos en el 25% de los casos
El mioma es la tumoración uterina más frecuente afectando aproximadamente a un 70% de las mujeres, aunque su incidencia real es difícil de precisar. No obstante, se estima que sólo el 25% de los miomas son sintomáticos, siendo estos casos los que se deben tratar. “Hablamos pues de una patología muy prevalente y en consecuencia de una de las consultas más frecuentes en ginecología, lo que supone un problema de salud relevante con impacto tanto en la calidad de vida de las pacientes como en la demanda de recursos sanitarios”.
Los miomas se producen por un crecimiento de las células del miometrio uterino originando masas que causan diferentes síntomas como metrorragias anemizantes, dolor pélvico, síntomas compresivos y problemas de fertilidad.
No existe suficiente evidencia científica sobre la estrategia óptima de abordaje de esta patología, debiendo valorar diversas opciones terapeúticas consensuadas con la paciente en función de sus características, preferencias y etapa vital. La secuencia más habitual es optar primero por un tratamiento médico conservador y, en caso de persistencia de la sintomatología, valorar un tratamiento quirúrgico.
“Sin embargo este escenario está cambiando debido a las variaciones de los recursos farmacológicos, motivados por los efectos secundarios de algunos medicamentos, y a la incorporación de los procedimientos guiados mediante ecografía” explica María José Rodríguez.
El uso de radiofrecuencia para el tratamiento de los miomas es un procedimiento aprobado por la FDA que produce la destrucción del tejido mediante hipertermia y que comenzó a usarse en Europa a finales de la década de 1980. Un ensayo clínico randomizado muestra que las pacientes con miomas sintomáticos tratadas mediante radiofrecuencia presentaron menor pérdida sanguínea y menor estancia hospitalaria que las pacientes sometidas a cirugía.
Entre las ventajas de este procedimiento respecto a la cirugía destacan las siguientes: es una técnica ambulatoria y por tanto no precisa ingreso hospitalario, no se realizan incisiones, corta duración del procedimiento, menor pérdida sanguínea, menor necesidad de analgesia y cuidados postoperatorios, conservación del útero y por tanto preservación de la fertilidad, incorporación más rápida a la actividad habitual de la paciente debido a la menor morbilidad asociada.
Procedimiento
La técnica consiste en introducir vaginalmente una sonda ecográfica que lleva incorporada una guía para el paso de una aguja de radiofrecuencia con la que se accede al mioma, siempre bajo estrecha vigilancia ecográfica. El calor producido por el electrodo de radiofrecuencia en el interior del mioma produce la muerte celular irreversible de ese tejido logrando así su desaparición o disminución del tamaño (necrosis coagulativa) “Todo el procedimiento se realiza mediante riguroso control ecográfico”, explica María José Rodríguez.
Los resultados, según esta especialista, son “muy buenos” sobre todo para el tratamiento de las metrorragias anemizantes.
Selección de las pacientes
“La clave para el éxito de este tratamiento es una selección adecuada de las pacientes” precisa Rodríguez, debiendo valorar tanto las características ecográficas de los miomas como el contexto clínico de la paciente, pues son las variables determinantes de la correcta indicación del tratamiento.
Esta especialista destaca la importancia del abordaje multidisciplinar para poner en marcha este procedimiento y en este caso explica que ha sido clave el apoyo de los especialistas en radiología intervencionista del HUCA, que acumulan una amplia experiencia en la aplicación de radiofrecuencia en otro tipo de patologías como metástasis hepáticas o tumores renales, así como la colaboración de la unidad de cirugía mayor ambulatoria y también del servicio de anestesia, dado que el procedimiento se realiza bajo sedación. Covadonga Díaz