La bióloga Marta Cortés Canteli, del CNIC, ha demostrado que el deterioro de las arterias en adultos afecta a regiones del cerebro involucradas en la demencia en ancianos
La acumulación de placas con colesterol en el interior de las arterias es uno de los factores más comunes de riesgo cardiovascular. En los últimos años, la ateroesclerosis se había relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo en el envejecimiento, pero se desconocía su impacto real sobre la salud cerebral. Marta Cortés Canteli, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid, ha observado que personas sanas de mediana edad con ateroesclerosis asintomática muestran un menor metabolismo en el cerebro, sobre todo en zonas implicadas en el desarrollo de demencias como el alzheimer.
¿Cuál es la relación entre el riesgo cardiovascular y el metabolismo cerebral?
Tanto las enfermedades cardiovasculares como las neurodegenerativas, como el alzheimer, conviven en etapas asintomáticas entre diez y veinte años. O sea, las alteraciones comienzan muchísimo antes de que los síntomas den la cara. Una persona que empieza con problemas cognitivos a los 70 años seguramente ya tenía alguna alteración a nivel cardiovascular o cerebral a los 50.
¿Qué vieron en el estudio?
El estudio PESA comenzó en el 2010 para evaluar la progresión de la ateroesclerosis asintomática, cuando se reclutó a más de 4.000 participantes sanos de entre 40 y 55 años. A pesar de no tener ningún tipo de enfermedad cardiovascular, más del 60% ya presentaban ateroesclerosis subclínica en algún territorio vascular. Al grupo que más ateroesclerosis subclínica tenía se le invitó a participar en otro subestudio de 547 personas a las que se les hizo un PET de glucosa. Las regiones del cerebro que mostraron menor actividad metabólica fueron las que luego se afectan en el alzheimer. El cerebro es uno de los órganos que más glucosa captan de todo el organismo, es muy activo a nivel metabólico. En las enfermedades neurodegenerativas uno de los primeros marcadores que se alteran es el metabolismo cerebral, muchos años antes de que empiece cualquier problema cognitivo.
¿Esto significa que estos voluntarios desarrollarán demencia?
Es una asociación, hay que tomarlo como lo que es y con todo el cuidado. Estas personas no tienen problemas cognitivos ahora, pero nuestra hipótesis es que, si siguen así, seguramente estas regiones del cerebro sean más susceptibles de sufrir problemas en la edad más senil. Hoy por hoy no lo podemos saber, nadie está diagnosticado con alzheimer, por eso es necesario seguir a los voluntarios para ver cómo están al cabo de algunos años. Es verdad que el cerebro se adapta muy bien. A lo mejor si la gente cambia sus estilos de vida, el cerebro es capaz de compensar. Es una de las cosas que no sabemos. El estudio PESA está previsto que continúe hasta el 2029.
¿Los hábitos de vida también impactan en la salud cerebral?
El doctor Valentín Fuster [coordinador del estudio] siempre dice que como cardiólogo está harto de decir a los pacientes que se cuiden para evitar desarrollar algún problema cardiovascular. Ni caso. Eso sí, en el momento en que les dice: “Si no se cuida, puede desarrollar algún tipo de demencia, porque se está viendo que las enfermedades cardiovasculares están muy relacionadas con el deterioro cognitivo en la edad más avanzada”, ahí sí le hacen caso. El que no lleves un estilo de vida saludable puede afectar a cómo vayas a pasar los últimos años de tu vida a nivel cognitivo.
¿La ateroesclerosis se debe al estilo de vida o tiene una causa genética?
Las dos cosas. Los estilos de vida desde luego que están muy relacionados. Todos los factores de riesgo cardiovascular –hipertensión, sedentarismo, tabaco, diabetes, colesterol elevado…– están directamente relacionados con el desarrollo de ateroesclerosis.
¿Este estudio es como volver a los orígenes de la investigación en alzheimer, no?
En la primera autopsia de la enfermedad, el doctor Alzheimer describió atrofia cerebral, presencia de placas amiloides y ovillos, y presencia de ateroesclerosis en los vasos cerebrales. A pesar de que fuera un solo paciente, es curioso que en su primer informe dijera que había un componente vascular. Creo que habría que abordar la enfermedad de una forma multidisciplinar y con más de un tratamiento.
Sin embargo, ¿por qué la investigación se centra en las afecciones del cerebro?
Si ves algo anormal en el cerebro, como las placas y los ovillos, tienes que intentar entender de dónde vienen. Esto ha sido fundamental para entender la enfermedad a nivel de anatomía patológica para saber qué está pasando. Pero sí que es verdad que no se le ha dedicado tanto tiempo a toda esta parte vascular. Si pones al conjunto de los vasos sanguíneos del organismo en línea recta, puedes ir de Madrid a Sevilla, miden unos 500 kilómetros. Todo está irrigado por vasos sanguíneos, incluso por los vasos que están irrigando los propios vasos cerebrales. ¿Cómo no va a tener esto un impacto? Las placas y los ovillos también tienen que ver con la enfermedad. No es un problema solo vascular, pero de alguna forma la vasculatura cerebral está implicada en que esas placas se estén depositando en el cerebro. Núria Jar
Biografía exprés
Nacida en Madrid. Licenciada en Biología y Bioquímica por la Universidad Autónoma de Madrid, donde también se doctoró en Bioquímica. Durante su estancia posdoctoral en la Universidad Rockefeller de Nueva York (EE.UU.), estudió cómo la trombosis y la fibrinólisis están alteradas en el alzheimer. En el 2015 volvió a España con una beca Marie Curie para estudiar el nexo cerebro-corazón en esta enfermedad neurodegenerativa. Es investigadora Miguel Servet en el Centro de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).