La avalancha de datos sobre la variante ómicron y las prestaciones de las vacunas crea dudas en algunos ciudadanos.
Las personas de los grupos de edad de 40 a 59 años que estos días pueden pedir hora para recibir su tercera dosis de vacuna contra la covid pueden sentirse desconcertadas por la avalancha de información que les llega sobre la variante ómicron, sobre las prestaciones de las vacunas y sobre la complejidad del sistema inmunitario. Algunas de ellas tienen dudas sobre la conveniencia de ponerse ahora la tercera dosis después de haberse puesto las dos primeras sin dudarlo en cuanto se las ofrecieron, según ha podido comprobar este periodista por las consultas que ha recibido en los últimos días. Sus preocupaciones se resumen en seis preguntas.
¿Me conviene la tercera dosis?
Con el nivel de circulación del coronavirus que tenemos en este momento en España, y que continuaremos teniendo en las próximas semanas, una gran parte de las personas que no se hayan vacunado o contagiado recientemente van a contraer la covid. De manera que la pregunta “¿me conviene la tercera dosis?” equivale a la pregunta “¿qué prefiero, ¿vacunarme o contagiarme?”.
Si me contagio, deberé aislarme por lo menos siete días, correré el riesgo de infectar a otras personas y no sé si la infección me causará alguna complicación grave o alguna secuela persistente. Si me vacuno, puedo esperar tener molestias al día siguiente, pero evitaré todos estos otros problemas.
Y una cuestión práctica que algunas personas valoran. Si me vacuno, tendré mi certificado digital covid en regla. Si me contagio, aún no sé qué pasará con mi certificado covid: ¿se reconocerán como válidos tests de diagnóstico hechos en casa?; ¿podré viajar a lugares que exijan la pauta de vacunación con tres dosis?; ¿cuánto tiempo tendré que esperar después para poderme vacunar y regularizar mi situación?
Si ómicron es menos grave, ¿me conviene vacunarme igualmente?
Los primeros datos de gravedad de la variante ómicron son esperanzadores: el riesgo de hospitalización parece ser aproximadamente de la mitad que con la variante delta. Pero son datos preliminares con un margen amplio de incertidumbre. Falta confirmar cuánto se reduce el riesgo de covid grave con ómicron respecto a las variantes anteriores. Y falta aclarar en qué colectivos se concentra este riesgo.
Es posible que en las próximas semanas, cuando tengamos más datos, ómicron resulte ser un cordero con piel de lobo y que las personas adultas sanas tengan un riesgo insignificante de sufrir complicaciones graves por la nueva variante si ya se han vacunado anteriormente con dos dosis. Pero en este momento las personas a las que se ofrece la tercera dosis en España no tienen manera de saber cuál es su riesgo de sufrir complicaciones graves o secuelas persistentes si contraen la variante ómicron.
Si la protección de la tercera dosis dura poco, ¿qué sentido tiene vacunarme?
Los datos del Reino Unido indican que la protección de una tercera dosis de Pfizer frente al contagio decae a las diez semanas. Con Moderna, la protección frente al contagio dura más –aún no se sabe cuánto-, aunque difícilmente se mantendrá a largo plazo, ya que el nivel de anticuerpos neutralizantes se eleva tras la vacunación y después se reduce con el tiempo. Pero la protección frente a las complicaciones graves de la covid que se consigue con las vacunas se mantiene a más largo plazo, según han demostrado nuevos datos de Sudáfrica conocidos esta semana.
En cualquier caso, el principal beneficio de vacunarse ahora es evitar la infección durante la ola actual, que es cuando el riesgo de contagio es extremo. Dentro de tres meses la sexta ola ya habrá remitido y será poco relevante si la protección que ofrecen las vacunas frente al contagio se ha reducido, porque en ese momento el riesgo de contagiarnos debería ser muy bajo.
¿Sería mejor contagiarme para tener mejor inmunidad?
La calidad de la respuesta inmunitaria depende de un sinfín de variables. Varía según cada persona, según cada vacuna, según cada variante, según las circunstancias de exposición al virus, hasta según cómo hayamos dormido… Es posible que en algunos casos la infección con la variante ómicron provoque una respuesta inmunitaria mejor contra la propia ómicron que las vacunas actuales, que están basadas en la variante original de Wuhan.
Pero si el objetivo de adquirir una buena inmunidad es evitar contagiarse y enfermar, decir “quiero contagiarme para tener mejor inmunidad” equivale a decir “quiero contagiarme para no contagiarme”, lo cual es un argumento absurdo. Y además sería cambiar la activación inmunitaria controlada que se consigue con las vacunas por la activación menos controlada y de evolución incierta de la infección.
¿Es un problema si la tercera dosis es de una vacuna distinta?
Varios estudios han analizado qué ocurre cuando se cambia de vacuna de una dosis a la siguiente. Como norma general, combinar vacunas no compromete ni su eficacia ni su seguridad.
En el caso particular de una tercera dosis de Moderna después las dos primeras de Pfizer, que es la combinación más habitual en este momento en España, los resultados son similares a los que se obtendrían con una tercera dosis de Pfizer. Si se mira el nivel de anticuerpos neutralizantes que se consiguen tras la vacunación, los resultados con Moderna son incluso un poco mejores, lo que explica que la protección frente al contagio sea más duradera con una tercera dosis de Moderna.
¿Los efectos secundarios de la tercera dosis pueden ser peores?
Aún no hay datos que aclaren si las molestias ocasionadas por la vacunación son mayores, iguales o menores tras la tercera dosis que tras las dos primeras. No hay motivos teóricos para suponer que tengan que ser distintos. Si piensan en lo que ocurre con otras vacunas en que es habitual revacunarse, como las de la gripe o las del tétanos, los efectos secundarios no van a más a medida que el número de dosis aumenta. J. Corbella (LV)