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El principal beneficio del pescado blanco y azul reside en su bajo contenido en grasas saturadas y su gran aporte de nutrientes, siendo, además, un alimento de más fácil digestión que la carne. Su alto contenido en ácidos grasos omega-3 y omega-6 hacen de él una alternativa ideal que mantiene sanas nuestras arterias y que puede ayudarnos a combatir enfermedades como la obesidad o la diabetes.
Por si fuera poco, su consumo contribuye a la generación de colágeno, una proteína que disminuye con el paso de los años, y que es esencial para mantener la elasticidad de nuestra piel. A este respecto, hay un gran desconocido entre la amplia variedad de pescados que brilla más intensamente que otros, y que ostenta el título de contener la mayor cantidad de aminoácidos que estimulan la producción de colágeno en nuestro organismo: la caballa.
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Alexandra Benito
Como pescado azul, su contenido en lípidos permite clasificarla como un alimento graso, siendo especialmente rica en ácidos grasos omega-3. Estos nutrientes no solo ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en el organismo, sino que también favorecen una mayor fluidez sanguínea. Este efecto contribuye a la prevención de coágulos y trombos, lo que la convierte en una excelente opción para cuidar de nuestra salud cardiovascular.
Mejora el rendimiento cognitivo
En el ámbito de los minerales, la caballa destaca por ser una fuente importante de selenio y fósforo, siendo este último especialmente beneficioso para la memoria. Además, contiene menores cantidades de potasio, hierro y magnesio, lo que complementa su valor nutricional. Este pescado también es una buena fuente de vitaminas como la B, D y E. Por su equilibrio entre calidad nutricional y precio accesible, la caballa es una opción popular en muchas dietas saludables.
Diversos especialistas, como los del colectivo médico Health, avalan los efectos positivos de la caballa en la salud cerebral. El cerebro humano está compuesto en un 50-60% por grasas, de las cuales un 35% son ácidos grasos omega-3. Este dato subraya la importancia de consumir alimentos como la caballa, ya que sus propiedades pueden tener un impacto significativo en el funcionamiento del sistema nervioso y en la salud mental en general.
Entre los omega-3 presentes en la caballa, destaca el DHA, un ácido graso esencial para mejorar el rendimiento cognitivo y proteger las células cerebrales. Su consumo habitual se asocia con una reducción en el riesgo de desarrollar enfermedades como el Alzheimer, la demencia y otros trastornos relacionados con el deterioro cognitivo. Así, la caballa no solo beneficia la salud física, sino también la mental, consolidándose como un alimento clave en una dieta equilibrada.
