Puede que para muchos el realizar ejercicio con regularidad les sea complicado. Y es que para encontrar la fuerza de voluntad se requiere mucho esfuerzo. No en vano que sea uno de los propósitos de Año Nuevo más frecuentes y no se caracteriza por un alto grado de cumplimiento. Sin embargo, una investigación realizada por científicos del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales estadounidense ha encontrado una explicación avalada por la ciencia para esa pereza.
De qué trata la investigación
La investigación se llevó a cabo en animales obesos que tienen cierta dificultad para encontrar motivación al momento de hacer ejercicio, algo que ocurre en pacientes con enfermedad de Parkinson.
Aunque se piensa que las personas obesas son menos activas porque tienen que mover más peso para hacer deporte, los investigadores teorizaron que podría deberse a otro factor, el cual es una disfunción en el sistema dopaminérgico. Para comprobarlo, tomaron a 2 grupos de 8 ratones e hicieron que algunos de ellos ganaran peso alimentándose con una dieta rica en grasa.
Al cabo de un tiempo, lograron corroborar que este último grupo comenzó a mostrar menos movimiento y más lento. Pero al tratar vincular esta disminución con el aumento de peso, se encontraron que los ratones habían empezado a moverse menos antes de ganar la mayoría de peso. Para ello midieron el sistema dopaminérgico en los ratones.
Los ratones tenían menos cantidades de un receptor de la dopamina el D2R. Posteriormente, eliminaron genéticamente estos receptores en otro grupo de ratones y descubrieron que su actividad física disminuía sin que ello se tradujese en un aumento de peso.
En conclusión, aunque puedan existir otros factores que contribuyan, el déficit de dopamina es suficiente para saber la falta de actividad física. Lo siguiente es analizar la relación de sistema dopaminérgico y la dieta, ya que puede desencadenar este déficit a una inactividad física.
Imagen: vix
