Aunque el colecho es una práctica que sigue generando cierta controversia, la cierto es que algunas de las principales organizaciones de la salud como la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF recomiendan y promueven sus beneficios. Por su parte, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría asegura que no existe suficiente evidencia que desaconseje esta práctica (según algunos expertos encierra un peligro potencial de muerte súbita, asfixia o aplastamiento) siempre y cuando se tomen las medidas de seguridad necesarias.
Además, el colecho favorece el mantenimiento de la lactancia ya que permite a la madre descansar más y mantener su producción de leche gracias a las tomas nocturnas. En la Guía para las madres que amamantan elaborada por el Ministerio de Sanidad y Servicio de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco incluida en las Guías de Práctica Clínica en el Sistema Nacional de Salud se indica: “Las tomas nocturnas se asocian de forma significativa con una mayor duración de la lactancia materna, aunque amamantar varias veces por la noche puede resultarte muy cansado. Una de las prácticas que puede facilitarte la tomas nocturnas es el colecho. Si decides compartir la cama con tu bebé es necesario respetar una serie de normas para garantizar su seguridad. Una alternativa al colecho es la utilización de cunas sidecar homologadas, que os permiten estar muy próximos pero en superficies separadas”.
De esta forma, podrían considerarse dos formas de colecho: la principal sería aquella en la que el bebé duerme en la misma cama que su madre y/o progenitores aunque también podría considerarse colecho el uso de una cuna sidecar.
Esta segunda opción consiste en colocar o acoplar la cuna del bebé a la altura de la cama y eliminar (bajar o retirar) la barandilla lateral para que quede pegada a la cama grande. Esto permite que el bebé duerma en su cuna, se amplíe el espacio disponible pero, a la vez, esté junto a su madre a la hora de tomar el pecho.
Cuando se opta por esta cuna sidecar deberían tenerse en cuenta una serie de consideraciones: es fundamental que los colchones de la cama y de la cuna queden a la misma altura y bien ajustado para evitar desniveles o huecos por donde pudiera quedar atrapado o deslizarse el niño.
Responsabilidad parental
En el caso de optar por el colecho tradicional, ¿qué pautas deben seguirse para que sea seguro?
Se recomienda su práctica cuando:
– El bebé es saludable y ha nacido a término.
– El bebé es amamantado a demanda tanto de día como de noche.
– Ninguno de los adultos que va a compartir cama con el bebé fuma (aunque no lo haga en presencia del bebé).
– Ninguno de los adultos que va a compartir cama con el bebé ha consumido alguna bebida alcohólica, drogas o medicamentos que provoquen un sueño más profundo del habitual.
– Si se comparte la cama con el bebé, ambos padres deben estar de acuerdo con esta decisión. Los dos deben ser igualmente responsables de la presencia del bebé.
– El bebé siempre debe acostarse boca arriba. Nunca boca abajo ni de lado.
– No debe arroparse demasiado al bebé ni ponerle excesivo abrigo para dormir. La temperatura de la habitación no debe superar los 20 grados.
– No cubrir la cabeza del bebé.
Además, los bebés deben dormir en superficies firmes, limpias y seguras:
– Evitar edredones y almohadones extra que puedan tapar accidentalmente la cabeza del bebé.
– Asegurarse de que el bebé no pueda caerse de la cama ni quedar atrapado entre la cama y la pared o cabecero.
– Despejar la cama de cordones, juguetes…
– El bebé no debe dormir nunca sobre una almohada o cojín mullido.
– Los colchones de agua están completamente contraindicados.
– No permitir a ningún animal doméstico compartir la cama con el bebé.
– Asegurase de que la pareja sabe que el bebé está en la cama si no se acuestan al mismo tiempo.
– Si en la cama duerme otro niño mayor, que sea el adulto el que se sitúe siempre entre el bebé y el niño más mayor. Aún así, los bebés menores de un año no deberían compartir la cama con otros hermanos pequeños, porque no son suficientemente conscientes de su presencia cuando duermen.
– Cuando el bebé ya se mueva por la cama, es conveniente poner barreras alrededor de su zona para evitar que caiga de la cama. El espacio entre la barrera y el colchón debe ser mínimo para que el bebé no quede atrapado y se asfixie.
¿En qué situaciones se desaconseja?
No es recomendable dormir en la misma cama que el bebé si no se cumple alguna de las condiciones mencionadas anteriormente o si:
– Alguno de los adultos que va a compartir cama con el bebé se encuentra demasiado cansado y cree que le costaría despertarse si el bebé lo necesita.
– Alguno de los adultos padece alguna enfermedad que disminuya el nivel de respuesta, como diabetes, epilepsia inestable u obesidad mórbida.
– El bebé es prematuro o de bajo peso al nacer.
– El bebé tiene fiebre.
– Los expertos coinciden, además, en que nunca debe dormirse con un bebe en un sofá, sillón reclinable y mucho menos en el regazo de algún adulto.