Todo sobre las cirugías para la endometriosis. ¿Cuándo se recomiendan? ¿Afectan a la fertilidad?

Se calcula que alrededor de un 10% de las mujeres en edad fértil padece endometriosis, una enfermedad que se produce cuando el tejido endometrial, el que recurre la pared del útero y se desprende con la menstruación, crece fuera de este, generalmente los ovarios, las trompas de Falopio y el tejido que recubre la pelvis. Este tejido, aunque no se encuentra en el útero actúa como si lo estuviera y durante la menstruación se engrosa, se descompone y sangra en casa ciclo menstrual. Sin embargo, a diferencia del endometrio que sí se encuentra en el útero no puede salir del cuerpo causando tejido cicatrizal, además de fuertes dolores.

En la actualidad, existen diversos tratamientos para endometriosis, desde los típicos analgésicos para calmar el dolor, hasta tratamientos hormonales, como anticonceptivos, agonistas y antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina, terapia con progestina o inhibidores de aromatasa, que busca reducir los niveles de estrógeno del cuerpo. Sin embargo, en algunos casos, los más graves, puede ser recomendable recurrir a la cirugía, donde también encontramos distintas opciones. El Dr. Joaquín Llácer, director médico de las clínicas Ginefiv, nos habla de estas cirugías y de cuáles son recomendables en cada caso.

¿En qué casos se recomienda recurrir a la cirugía?

La cirugía es solo una de las opciones existentes para tratar la endometriosis y, de momento, ninguna de ellas ha logrado acabar con la enfermedad, por tanto, el Dr. Llácer recomienda explorar antes otras, “entre las distintas terapias existentes para tratar la endometriosis, no hay ninguna que cure definitivamente esta enfermedad. Por tanto, el objetivo principal de cualquier tratamiento para esta patología crónica es controlar la enfermedad hasta que llegue la menopausia, de forma que puedan aliviarse los síntomas asociados con el dolor, evitar que las lesiones continúen progresando y preservar la función reproductiva”. Y es que la cirugía, incluso las menos invasivas, pueden repercutir en la reserva ovárica, por lo que está justificada “solo en casos muy concretos. En muchas ocasiones, los cambios en el estilo de vida y el tratamiento médico pueden ser suficientes para que la paciente recupere una buena calidad de vida sin necesidad de pasar por el quirófano”, recomienda Llácer.

¿Qué opciones quirúrgicas existen?

En caso de que haya que recurrir a la cirugía, existen distintas opciones, como las cirugías robóticas o laparoscópicas, que son mínimamente invasivas, pues requieren de incisiones más pequeñas, “suelen ser las opciones elegidas frente a las laparotomías, que requieren abrir la cavidad abdominal. Con las cirugías robóticas y laparoscópicas se evita la manipulación de los órganos internos y, por tanto, se reduce el riesgo de aparición de adherencias. No obstante, la opción de una laparotomía también está presente y ofrece ventajas asociadas a la rapidez y precisión del cirujano a la hora de acceder a cualquier área del abdomen. El principal inconveniente de la cirugía abierta, al ser una intervención más agresiva, puede implicar más tiempo de estancia hospitalaria y, por lo tanto, de recuperación”. Estas operaciones están destinadas a retirar el tejido endometrial de las zonas en las que no debería estar y, tras ellas, la paciente debería encontrarse mejor, sobre todo en cuando al dolor.

Tanto la laparoscopia como la laparotomía son cirugías conservadoras, es decir, que extraen el tejido endometrial, pero conservan los órganos reproductores, “las zonas que más suelen verse afectadas por los denominados implantes endometriósicos son los ovarios, la parte posterior del útero, los ligamentos uterinos, el intestino y la vejiga. Lo que más amenaza la calidad de vida en estas pacientes es que, al formarse tejido cicatrizal alrededor de estas áreas pueda llegar a producirse una inflamación que cause dolor severo o que puedan verse afectados órganos vecinos como los intestinos o la vejiga urinaria. En estos casos y, en general, cuando el tejido endometrial está extendido por varias zonas, se considera eficaz la resección de las lesiones peritoneales o de los quistes ováricos”.

Una opción mucho más radical es la extirpación de los órganos reproductores, algo que solo se recomienda cuando la enfermedad está muy avanzada, incide mucho en la calidad de vida de la mujer, y, además, tiene claro que no quiere ser madre. Como nos cuenta el Dr. Llácer, “solo en los casos más graves y cuando la paciente ya ha completado su deseo reproductivo se opta por unas cirugías más amplias, consistentes en la extirpación completa de los ovarios o incluso del útero”.

¿Serán necesarias más cirugías?

La endometriosis es una enfermedad crónica que, como advertía el doctor, hoy por hoy no tiene cura, por lo que, incluso después de habernos sometido a una cirugía conservadora, la endometriosis puede volver a aparecer, “puede tener una evolución impredecible. Por tanto, hasta la llegada de la menopausia puede producirse una reactivación de la endometriosis que ocasione una merma en la calidad de vida de la mujer. Así, mientras que las cirugías consistan en una resección de las lesiones y quistes, este tejido podrá continuar reproduciéndose, lo que puede implicar que sea necesario operar nuevamente pasado un tiempo. En las pacientes que todavía quieren tener hijos la actitud conservadora es la ideal salvo en casos extremos en los que el dolor no mejore con el tratamiento médico y les impida desarrollar las actividades diarias con normalidad”.

Me quiero quedar embarazada, ¿me opero o no?

La endometriosis es una enfermedad que puede causar infertilidad, y a menudo, las mujeres con endometriosis tienen que recurrir a la reproducción asistida para quedarse embarazadas, ya que “la enfermedad puede afectar a la calidad de los ovocitos y producir distorsión anatómica en las trompas de Falopio por las adherencias o los quistes de gran tamaño”. Sin embargo, en estos casos, la cirugía también puede ser contraproducente. Así, a las mujeres que tienen endometriosis y quieren tener hijos el Dr. Llácer les recomienda que, “si se trata de una mujer con síntomas leves cuya endometriosis no está muy desarrollada y que puede controlar el avance de la enfermedad llevando una vida más saludable y con tratamiento médico, lo lógico sería no operar. Con la evidencia actual la cirugía debe limitarse al tratamiento del dolor y no como cura de los problemas de la fertilidad por lo que debe limitarse su indicación a casos muy concretos”, advierte.

Y es que, como advierte, “cualquier intervención sobre los ovarios tendrá como consecuencia una pérdida de la reserva ovárica en mayor o menor medida. Es por eso que la cirugía está indicada solo cuando la calidad de vida de la mujer se vea afectada”. En caso de que la calidad de vida de la mujer se viera muy mermada y la paciente sí desea tener hijos, “se optaría por cirugías mínimamente invasivas para que esa mujer pueda recurrir a técnicas de reproducción asistida en un futuro, ya que los problemas asociados a la enfermedad dificultarán que logre ser madre de forma espontánea”, remarca. 

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