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En muchas ocasiones, cuando nuestros alimentos como quesos, embutidos o panes exhiben manchas negras, blancas o verdes, tendemos a querer aprovechar el resto que, aparentemente, se encuentra en buen estado. Sabemos que no podemos comer alimentos en mal estado, o podemos enfermar, pero tampoco nos gusta tirar todo un alimento a la basura que tiene todavía buen aspecto en algunas partes.
Estas manchas se tratan de moho, y pueden ser un indicativo de peligro para la salud, pero ¿cómo actuar si descubrimos que nuestro pan muestra manchas verdes o negras? Aunque la reacción instintiva podría ser simplemente cortar la parte afectada y consumir el resto, ya sea de una barra de pan o de una rebanada de pan de molde, la seguridad alimentaria nos insta a reconsiderar esta práctica común.
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P. Díaz
Como explican desde un artículo de la Universidad Complutense de Madrid, los mohos son hongos microscópicos que pueden crecer sobre diversos alimentos, incluyendo panes, embutidos, frutas y verduras. Estos organismos no solo están presentes en la superficie en forma de esporas visibles, sino que también penetran en el interior del alimento con estructuras similares a raíces. Por tanto, eliminar solo la parte visible del moho no garantiza que el resto del alimento esté libre de contaminación.
La proliferación de mohos y sus riesgos
La aparición de mohos no es solo un problema de mal aspecto o sabor desagradable. Algunos tipos de mohos pueden generar micotoxinas, sustancias tóxicas que pueden provocar serias afecciones de salud, incluyendo reacciones alérgicas y problemas respiratorios. Es más, ciertas micotoxinas, como las aflatoxinas, tienen propiedades cancerígenas, asociadas principalmente con el cáncer de hígado, explican en Healthline.
Los expertos en seguridad alimentaria, como los del Servicio de Seguridad e Inspección de Alimentos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (FSIS), advierten sobre el riesgo de consumir partes no mohosas de alimentos visiblemente afectados por moho. Las raíces de los mohos pueden profundizarse en el alimento más allá de lo visible, llevando consigo potenciales micotoxinas a partes del alimento que parecen sanas.
Medidas preventivas y recomendaciones
Para prevenir la aparición de moho, es importante almacenar los alimentos en condiciones óptimas, que generalmente implican lugares frescos y secos. Los alimentos con alto contenido de humedad son particularmente susceptibles al crecimiento de moho y a la proliferación de bacterias, por lo que se recomienda descartar completamente aquellos que presenten signos evidentes de moho.
El FSIS recomienda descartar alimentos enmohecidos como yogures, mermeladas, carnes y fiambres, ya que las posibilidades de contaminación debajo de la superficie son altas. Sin embargo, en algunos casos, como los quesos duros, zanahorias y ciertos salamis, es seguro retirar la parte enmohecida antes de su consumo, siempre y cuando se elimine al menos 2,5 centímetros alrededor y debajo del moho visible, explican en la BBC.