¿Tus tomates tienen grietas o rajas? Esto es lo que significa y si te los puedes comer

El tomate es uno de los ingredientes más apreciados en la cocina, conocido por su sabor dulce y ligeramente ácido que enriquece tanto platos cocinados como crudos. Este fruto, en sus múltiples variedades, añade color y frescura a ensaladas, sofritos y salsas, siendo indispensable en la dieta mediterránea y en muchas culturas alrededor del mundo.

En los supermercados solemos ver tomates durante todo el año, de variedades diversas como de pera, de ensalada, cherry, kumato o de la huerta, entre otros muchos. Los vendedores procuran que el aspecto de sus tomates sea inmaculado, sin imperfecciones y con pieles tersas. Pero también podemos encontrarlos con grietas o rajas, parecidas a cicatrices, lo que despierta dudas en los consumidores sobre su calidad.

Ver un tomate agrietado puede hacernos dudar sobre su estado de frescura, ya que esas marcas recuerdan a pequeñas cicatrices que pueden afectar su apariencia. Estas grietas, aunque alteran la estética, no necesariamente perjudican la calidad del tomate. Pero, ¿qué provoca estas grietas en la piel del tomate? ¿Estos tomates son aptos para el consumo?

¿Por qué se rajan los tomates?

Las grietas en los tomates pueden deberse a factores ambientales y de cultivo. Uno de los factores más comunes es el riego irregular: cuando la planta pasa de un estado de sequía a recibir un exceso de agua, el tomate absorbe grandes cantidades en poco tiempo, provocando que su pulpa se expanda. Sin embargo, la piel del tomate no puede adaptarse tan rápido, y esto genera las rajas o grietas, especialmente si el suelo está muy seco antes del riego.

Otro factor son los cambios bruscos de temperatura. Si la temperatura del ambiente varía mucho entre el día y la noche, la pulpa se expande y se contrae continuamente, lo que provoca estrés en la piel del tomate y puede resultar en grietas. Este fenómeno se observa especialmente en zonas de climas extremos, donde el suelo puede alcanzar temperaturas muy altas durante el día, contribuyendo a que el tomate tenga grietas concéntricas o transversales, explican en Bioespecie.

Finalmente, el exceso de nutrientes, especialmente de nitrógeno, también puede contribuir al rajado del fruto. Una cantidad excesiva de abono hace que el crecimiento del fruto sea demasiado rápido, debilitando su piel. Las variedades de tomate más susceptibles son las que tienen una piel delgada y frágil, en comparación con las de piel más resistente. En cualquier caso, no hay que preocuparse, porque estos tomates se pueden consumir sin problemas.

Un huerto de tomates requiere cuidados constantes en riego y nutrientes

Cómo evitar las grietas en tomates de huerto propio

Si tienes un huerto, prevenir el agrietado en los tomates es posible siguiendo algunas pautas, explican los expertos. Es crucial mantener un riego constante para que la planta siempre tenga acceso a humedad y evitar cambios bruscos en la cantidad de agua que recibe. Además, el uso de técnicas como el acolchado puede ayudar a retener la humedad del suelo y evitar que la temperatura de la tierra sea muy alta.

Tampoco es bueno podar muchas hojas, y se recomienda seleccionar variedades de tomate que se adapten bien a tu clima también es una opción, ya que algunas variedades son más resistentes al agrietado. Con estos cuidados, es posible cultivar tomates de calidad, minimizando la aparición de grietas y asegurando una mejor cosecha en términos de presentación y calidad.

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