Durante los primeros diez años de vida, el cuerpo y el cerebro del niño están en pleno crecimiento y desarrollo, lo que requiere una ingesta adecuada de nutrientes esenciales. Una nutrición desequilibrada puede tener consecuencias a largo plazo, afectando la salud física, el rendimiento académico y el bienestar emocional.
La leche representa la base fundamental en la nutrición del lactante, ya que es su principal fuente de alimento y le aporta la mayor parte de los nutrientes esenciales durante los primeros meses de vida. Cuando la lactancia materna -recomendable, según la OMS, de forma exclusiva hasta los seis meses y como parte de una dieta diversificada hasta los dos años- no es posible o insuficiente, las fórmulas adaptadas ayudan a cubrir las necesidades nutricionales específicas de los más pequeños.
- Fórmulas Tipo 2 (a partir de los seis meses). Están diseñadas para alimentar al bebé como parte de una dieta progresivamente diversificada en la que se comienzan a introducir alimentos sólidos. Proporcionan nutrientes fundamentales como el hierro y el DHA, que son cruciales para el desarrollo cerebral y visual.
- Fórmulas adaptadas de crecimiento (a partir de los 12 meses). Están adaptadas a las necesidades nutricionales de los niños de corta edad, limitando el aporte de proteínas y ofreciendo un perfil nutricional balanceado de grasas y carbohidratos, acorde con los hábitos de ingesta actuales de los niños en España. Están enriquecidas con nutrientes que actualmente son deficitarios en la población infantil, como el hierro, la vitamina D, el calcio o el DHA.
El papel de las leches infantiles adaptadas
El estudio EsNuPi (Estudio Nutricional en Población Infantil Española) ha demostrado que los niños que consumen leches adaptadas cumplen mejor con las pautas dietéticas recomendadas. Estos muestran una mejor adecuación a las ingestas recomendadas de nutrientes muy importantes en esta etapa, como el calcio, la vitamina D o el DHA.
Este tipo de leches, asimismo, contribuyen a un mejor estado nutricional en comparación con los niños que consumen leche de vaca. Según explica el informe, esto se debe a que las leches adaptadas están formuladas para proporcionar un equilibrio óptimo de nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo infantil.
Los pediatras recomiendan el consumo de leche y productos lácteos como parte de una dieta equilibrada para los niños. En particular, las leches de crecimiento son consideradas una opción útil a partir de los 12 meses para alcanzar las ingestas recomendadas de nutrientes esenciales en la infancia.
Por otro lado, el aporte de azúcar a través de las leches infantiles enriquecidas es mínimo en comparación con otras fuentes alimentarias comunes. Estas leches no solo han mejorado sus fórmulas para limitar o incluso eliminar el contenido de azúcares añadidos, sino que además ofrecen un alto valor nutricional gracias a su combinación de vitaminas, minerales y nutrientes esenciales, que ayudan al desarrollo físico e intelectual de los niños en cada etapa de su crecimiento.
Leches como Puleva Peques 2, Peques 3 o Max están formuladas con una combinación de nutrientes esenciales que apoyan el desarrollo físico e intelectual de los niños, y están listas para tomar. En Puleva Peques Club se pueden solicitar pruebas gratuitas de estos productos.
- Puleva Peques 2 está diseñada para bebés a partir de los seis meses. Esta fórmula proporciona Omega 3 DHA y hierro, nutrientes esenciales para el desarrollo físico e intelectual.
- Puleva Peques 3 está dirigida a niños a partir de los 12 meses. Esta fórmula, enriquecida con Omega 3 DHA, hierro, calcio y 13 vitaminas esenciales, ayuda al correcto desarrollo físico e intelectual. Sin azúcar añadido en la variedad más consumida, proporciona 13 veces más hierro que la leche de vaca, y contiene zinc, yodo, folato y vitamina E. Además, dispone de una variedad con cereales y formatos individuales para facilitar otros momentos de consumo fuera del hogar. También está disponible la fórmula Peques Buenas Noches, que incorpora triptófano para favorecer un sueño reparador.
- Puleva Max. Formulada para niños a partir de los 36 meses, esta leche de crecimiento está enriquecida con Omega 3 DHA, hierro, calcio, 13 vitaminas, fósforo, magnesio y zinc. Ayuda al correcto desarrollo físico e intelectual; proporciona 24 veces más hierro que la leche de vaca y el 44% de las cantidades diarias recomendadas de calcio. También dispone de variedades con cereales, sin lactosa y formatos individuales.
Alimentación equilibrada y ejercicio físico
Para un desarrollo óptimo, los niños necesitan una ingesta equilibrada de nutrientes esenciales como:
- Proteínas. Fundamentales para el crecimiento y la reparación de tejidos. Se encuentran en carnes magras, pescado, huevos, y productos lácteos.
- Carbohidratos. Proveen la energía necesaria para las actividades diarias y el desarrollo cerebral. Presentes en cereales integrales, frutas y verduras.
- Grasas saludables. Cruciales para el desarrollo cerebral y la absorción de vitaminas. Se encuentran en pescados grasos, nueces y aceites vegetales.
- Vitaminas y minerales. Vitaminas como la A, C, D y minerales como el calcio y el hierro son esenciales para el desarrollo óseo y la función inmunológica.
- Agua. Fundamental para mantener la hidratación y el funcionamiento adecuado del cuerpo.
Dentro de todos estos nutrientes esenciales, el hierro y el Omega 3 DHA cobran una especial importancia durante los primeros años de vida, ya que juegan un papel crucial en el desarrollo cognitivo, visual y en el fortalecimiento del sistema inmunológico. El hierro es fundamental para la formación de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno, mientras que el Omega 3 DHA contribuye al desarrollo cerebral y visual óptimo.
Para favorecer que los niños reciban las cantidades recomendadas de estos nutrientes, el Instituto Puleva de Nutrición ha desarrollado una calculadora que permite a los padres evaluar si la ingesta diaria de hierro y Omega 3 DHA de sus hijos cumple con las recomendaciones nutricionales, brindando una herramienta práctica para ayudar a alcanzar una nutrición adecuada.
Además de una dieta equilibrada, es importante establecer hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana. Esto incluye comer en horarios regulares, evitar el consumo excesivo de azúcares libres y alimentos con baja densidad nutricional (muy calóricos que aportan pocos nutrientes), y fomentar la actividad física.
En definitiva, una nutrición adecuada durante los primeros 10 años de vida es clave para sentar las bases de un desarrollo óptimo. Las leches adaptadas son una alternativa valiosa para cubrir esas necesidades esenciales, especialmente cuando la lactancia materna no es suficiente o viable. Gracias a su perfil nutricional equilibrado, estas fórmulas proporcionan los nutrientes necesarios para apoyar el crecimiento, el desarrollo cerebral y la salud general, ayudando a que los niños crezcan fuertes y sanos en una etapa tan decisiva de sus vidas.
Durante los primeros diez años de vida, el cuerpo y el cerebro del niño están en pleno crecimiento y desarrollo, lo que requiere una ingesta adecuada de nutrientes esenciales. Una nutrición desequilibrada puede tener consecuencias a largo plazo, afectando la salud física, el rendimiento académico y el bienestar emocional.