- Una nutricionista explica la diferencia entre los pollos amarillos y blancos de los supermercados
- Ni azúcar ni leche: este es el truco perfecto para reducir la acidez de una salsa de tomate casera sin cambiar su sabor
El tomate es uno de los ingredientes más versátiles y saludables de la dieta mediterránea, utilizado tanto en su forma cruda como cocinada. Para las preparaciones también destacan las salsas y el tomate frito que venden en los supermercados. Dos opciones muy parecidas pero que no son lo mismo
Una de las principales diferencias entre el tomate frito y las salsas radica en su regulación. Según recoge la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el Real Decreto 858/1984 determina que el tomate frito debe contener más de un 25% de tomate, aunque la proporción puede variar entre el 26% y el 92%, dependiendo del producto. Por su parte, las salsas suelen ser más líquidas y menos espesas, incorporando una mayor variedad de ingredientes como hierbas aromáticas u hortalizas. A nivel nutricional, ambas opciones son similares, con un aporte calórico promedio de 46 kcal por ración de 50 g en el caso del tomate frito y 43 kcal para las salsas.
Los consejos de la nutricionista
La nutricionista y cocinera Marta Verona ha compartido en su cuenta de Instagram recomendaciones para seleccionar el tomate frito más saludable. Según explica, es fundamental revisar el etiquetado y elegir productos con “menos de un 1% de sal y menos de un 8% de azúcar”. Verona aclara que el tomate triturado ya contiene aproximadamente un 4% de azúcar de forma natural, por lo que un tomate frito con un 8% de azúcar añadido es aceptable desde el punto de vista nutricional.
Además, destaca que “un buen sofrito con hortalizas puede aportar dulzor de forma natural”, siendo esta una opción ideal para quienes prefieren evitar azúcares añadidos. Para quienes no tienen tiempo de preparar salsas caseras, Marta recomienda optar por productos con aceite de oliva virgen extra y un contenido reducido de sal y aditivos. Estas alternativas permiten mantener una dieta equilibrada sin renunciar a la comodidad.
TE PUEDE INTERESAR
Mónica Millán Valera
Por otro lado, para elegir un tomate frito saludable y de calidad también cuentas con el análisis de la OCU. La organización examinó 113 productos, incluyendo tomate triturado, frito y salsas, concluyendo que el tomate triturado es la opción más natural. Aunque contiene aditivos como el E330 (ácido cítrico), considerado seguro, este tipo de producto es procesado y debe consumirse con moderación.
En cuanto al tomate frito y las salsas, la OCU resalta que sus niveles de grasas saturadas son bajos, pero la sal es un elemento a vigilar, especialmente en personas con hipertensión. No obstante, recuerda que estos productos son alimentos procesados, por lo que su consumo debe ser moderado.
El análisis revela que de los 16 productos de tomate triturado revisados, 13 contienen sal y una minoría incluye fructosa como alternativa al ácido cítrico. Estas características hacen que esta presentación sea ideal para quienes buscan opciones con menos ingredientes añadidos, aunque siempre es recomendable leer detenidamente las etiquetas.