Las emociones son un terreno donde ninguna persona está preparada. No se ha enseñado a gestionarlas ni saber a lidiar con ellas. No obstante, existen ejercicios que pueden ayudar a controlar las emociones para que deje de ser un problema. Estos ejercicios pueden practicarse cuando sea necesario y cuanto más se sigan, se podrá obtener mejores resultados.
Llevar un diario de emociones
Aunque parezca un ejercicio tonto, el llevar a cabo un diario emocional es algo importante. Escribir es muy terapéutico y ayuda a ver desde otra perspectiva las emociones y reflexionar sobre ellas con papel y pluma.
Con el tiempo podrás observar que las emociones se repiten, pero ya sabrás cómo actuar ante ello. Llevar un diario emocional puede ver los progresos en cuanto a la gestión emocional. Incluso cada vez que enfrentas a una emoción que te haga sentir mal, puedes recurrir a ese diario para saber qué hacer. Esto va a permitir sentir seguridad y más control.
Practicar la atención plena
De acuerdo a una investigación realizada en el 2014, el mindfulness se define como el orden de la atención para mantener focalizada en el momento presente. Así que la atención plena es un ejercicio que puede realizarse todos los días. Puede llevarse a cabo sentado o acostado para poder concentrarse en la respiración.
No se trata de dejar la mente en blanco, más bien de sentir y observar las emociones sin ser juzgado. Si esto se lleva en una discusión y se piensa antes de reaccionar, descubrirás que su enfrentamiento se transforma en intercambio de puntos de vista.
Cambiar el chip de tus pensamientos
La idea de realizar ejercicios para controlar las emociones ayudar a cambiar el chip de los pensamientos. Es importante tener una palabra clave cuya mención pueda tener esos pensamientos negativos que te hacen enfadar como por ejemplo basta, detente o stop.
Después de ello se puede anotar el pensamiento negativo y escribir al lado el equivalente en positivo. Y aunque esto en un principio parece que no funciona, una ligera sensación de calma va a inundar y minimizar la ansiedad.
Buscar un espejo
Este ejercicio ayuda a controlar las emociones de manera eficaz. Tan pronto como se aborda una emoción negativa, es primordial ir a un espejo y observarse. Lo importante es mirarse en él y sonreír. Y aunque no se apetezca, busca forzar una sonrisa por lo menos durante unos minutos. Este va a lograr el objetivo con la situación que ha provocado la emoción y permite calmarse un poco.
El saber ejercer un control sobre las emociones no implica reprimirlas o ignorarlas, más bien habría que aprender a afrontarlas de una manera más saludable para encontrar un equilibrio.