¿Qué es la leptina?¿Es una hormona buena o mala?

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La leptina es una hormona producida por las células de grasa de nuestro cuerpo. La palabra leptina viene de la palabra griega Leptos (que significa delgado). La cantidad de leptina liberada por las células de grasa depende de la cantidad de grasa que hay.

Básicamente, cuánta más grasa tenemos mayor es la liberación de la leptina. La leptina controla esencialmente nuestro metabolismo, el hambre, y el gasto energético. Un sistema de la leptina que está funcionando correctamente mejora la aptitud del cerebro, la agudeza mental, conduce a una mejor memoria, y mejora el estado de ánimo.

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¿Qué controla la leptina?

En pocas palabras el hipotálamo controla la leptina. El hipotálamo está formado por un complejo sistema de receptores de leptina. Cuando los niveles de leptina aumentan, se detecta en los receptores del hipotálamo, y el cerebro envía una señal de que estamos saciados.

Nuestra tasa metabólica se incrementará como resultado de esta señal. Cuando los niveles de leptina disminuyen, el cerebro piensa que ya no nos estamos alimentando. En consecuencia, el cerebro envía un mensaje de que ya no tenemos hambre, y nuestra tasa metabólica disminuye. Los receptores de leptina se encuentran principalmente en el hipotálamo, pero también se encuentran en todo el cuerpo.

¿Qué significa todo esto realmente significa?

Lo que significa es que necesitamos controlar los niveles de leptina para permanecer delgados, pensar con claridad, y tener un buen estado de ánimo. Cuanto mayor sea el déficit de calorías en nuestro cuerpo, más bajarán los niveles de leptina. Y, por tanto, más se reducirá nuestra tasa metabólica. Lo que esto significa es que nuestro metabolismo se ralentiza. Y será muy difícil perder esa última parte de la grasa que nos queda.

Por otro lado, la leptina también puede ser nuestro enemigo. Si estamos constantemente comiendo en exceso por encima de los niveles de mantenimiento, entonces nuestro cuerpo puede llegar a ser resistente a la misma. Es importante tener en consideración esto último.

Lo que esto significa es que nuestro cuerpo no puede distinguir que nuestros niveles de grasa corporal sean demasiado altos. Y que nuestros receptores de leptina sean insensibles. Cuánto más resistente a la leptina sea nuestro cuerpo, más tardaremos en regularnos.

También, toxinas y otros factores de estrés en nuestro cuerpo, pueden derivar a que nuestro cuerpo genere resistencia a la leptina. Estos pueden variar desde nada de nuestra dieta a la falta de sueño. El déficit de sueño es un claro responsable de que no regulemos adecuadamente a esta hormona. Lo que provoca ciertos desmanes en nuestros niveles de salud.

Así regula nuestro cerebro esta curiosa y peculiar hormona:

¿Qué se puede hacer para mantener los niveles de leptina?

Una buena manera de controlar la leptina es mantenerse delgado. Cuando sintamos que nuestro metabolismo se ralentiza o que llevamos mucho tiempo en un estado de déficit calórico, puede ser el momento de empezar a incorporar comidas trampa con cierta habitualidad.

Por lo general, los días en que queremos activar nuestro metabolismo a base de un excedente de calorías, deberemos incrementar las calorías sobre un 20-50% del nivel de mantenimiento.

Una buena regla general para un día de realimentación es aumentar los carbohidratos entre un 100-150% de lo normal, manteniendo la proteína en aproximadamente 1,5 g /kg. de peso corporal. Y, bastante importante, mantener la ingesta de grasa tan baja como sea posible. Un día de realimentación es una manera segura de poner en marcha nuestro metabolismo y ayudarnos a normalizar los niveles de leptina.

De todos modos, ojo con los carbos. Grandes cantidades de carbohidratos provocan picos de insulina. Que a su vez aumentan la producción de leptina. Deberemos evitar cantidades excesivas de alimentos azucarados, como el jarabe de maíz de alta fructosa, o cualquier alimentos con un índice glucémico muy elevado.

El descanso, es otro forma útil que nos ayuda a controlar los niveles de leptina. Un estudio reciente mostró que aquellos que dormían 8 horas por la noche, tenían un 15% más bajo los niveles de dicha hormona.

Por último, realizar ejercicios de alta intensidad en períodos cortos, ayuda a reactivar el metabolismo. Esto estimulará grandes secreciones de la hormona del crecimiento humano. Los que potencian los mecanismos de quema de grasa y ayuda a regular los niveles de leptina. Una buena forma de este tipo de ejercicio es HIIT (entrenamiento de intervalos de alta intensidad).

Conclusiones

Parece naíf este planteamiento. Y que estamos vendiendo que esta hormona es el enemigo número 1. Nada más lejos de la realidad, pero queremos poner en contexto los peligros potenciales que existen. Es una gran desconocida la leptina, de la que cada vez se sabe más. Por ello, trataremos de hacer toda la pedagogía posible sobre cómo funciona para que estéis alerta.